Hasta ahí, nada que no se haya visto antes, ya que los vestidos y otros complementos de moda, como bolsos, realizados con materiales reciclados como las anillas de las latas de refrescos, ya han desfilado incluso por las pasarelas. Sin embargo, la joven tailandesa logró conquistar el corazón de todos, al contar el por qué había elegido el vestido.
Según explicó en su perfil de Instagram, el diseño, que también incluía cristales de Swarovski, era un homenaje a su familia. «Este vestido se inspiró en el entorno familiar de mi infancia. Al crecer con padres que se dedicaban a recoger basura, los primeros años de mi vida transcurrieron entre desperdicios y materiales reciclables. Este vestido único fue confeccionado para presentarme al certamen de Miss Universo, utilizando materiales desechados y reciclados, en concreto, con las anillas de las latas, para demostrar que lo que muchos consideran sin valor, en realidad, posee valor y belleza. Gracias a todos por verlo, escucharlo, y con suerte, compartir este mensaje de autoestima».
Aunque Anna Sueangam-iam, que se crió en uno de los barrios más pobres de Bangkok, no logró hacerse con el título de Miss Universo, sí ha conseguido el premio ImpactWavy durante la 71ª edición del certamen, por su compromiso con el medio ambiente. Además, su historia ha logrado conquistar el corazón de todos.
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