Cinco consejos para guardar el árbol de Navidad de forma sencilla

1

Organizar los adornos navideños

La organización de los adornos navideños siguiendo clasificaciones como el tipo de decoración, color o nivel de fragilidad es clave para encontrar con rapidez y sin confusiones cada una de las piezas en las próximas festividades. Un ejemplo puede ser ordenar las piezas según el tipo de adorno: las bolas de navidad y adornos circulares en una caja, los pequeños arboles y formas puntiagudas en otro apartado, y así sucesivamente.

Además de esto, la clasificación por color, probablemente, sea una de las más útiles. En función de la tonalidad, es posible guardar los adornos en distintas cajas: tonos dorados, rojos, verdes o plateados. En el caso de querer ahorrar espacio, es posible juntar dos en un mismo espacio con un separador entre ambos para seguir diferenciándolos.

2

Evitar los enredos de las luces

El incorrecto empaquetado de las luces de Navidad es normalmente uno de los factores que más problemas acarrean a la hora de sacar los adornos las próximas Navidades. Para evitar perder demasiado tiempo a la hora de desenredar las luces, es posible tener en cuenta ciertos trucos que evitarán enredos demasiado complicados, o incluso es probable que los hagan desaparecer al completo. Uno de ellos es enrollar cada tira de luces, de forma individual, alrededor de un pequeño soporte. No es necesario gastar más dinero, un tubo del rollo de papel de cocina puede ser el perfecto aliado para este propósito.

3

Ordenar e identificar las cajas

Además de la importancia del orden y organización de los adornos, la clasificación y ubicación de las cajas es otro de los factores más importantes. Identificar el contenido de cada una de ellas con simples etiquetas en su exterior es fundamental, además de saber cómo ordenarlas en el trastero, desván o espacio donde se vayan a guardar.

Para evitar accidentes, es necesario que las cajas más pesadas se sitúen en la parte de abajo, y los paquetes más livianos en la zona superior. De igual manera, evitar las zonas de humedad también es importante para el cuidado de los adornos. En el caso de no ser posible, colocar bolsitas de gel de sílice en el interior de las cajas puede ayudar a sobrellevar el problema.

4

El árbol de navidad, la parte más delicada

El cuidado del árbol y guardarlo de forma ordenada es vital para evitar daños en las ramas, o incluso roturas. A pesar de ser un abeto natural el que suele aparecer en el imaginario navideño, lo cierto es que en la mayor parte de las casas se utilizan árboles artificiales para su reutilización . En estos casos, lo más común es montarlos desde la base hasta la cima. Para desmontarlo, tener la caja a mano y algunas cuerdas para anudar las distintas partes es útil.

A la hora de guardar las ramas, es necesario hacerlo según el orden de retirada, o lo que es lo mismo, según su tamaño. Compactar el follaje hará que el espacio ocupado sea menor, y protegerlas con plástico, papel o trapos mantendrá el polvo alejado, además de colocar pequeñas etiquetas en los envoltorios para ubicar las distintas dimensiones.

5

El toque final: limpieza a fondo

Finalmente, se debe recordar que tener cada adorno, luces y árbol empaquetados y debidamente guardados no es el último paso en la recogida de motivos navideños. Una buena limpieza es la forma ideal de cerrar estas fechas del año y comenzar con fuerza una nueva etapa. Para ello, se debe tener en cuenta que pequeños trozos de ramas, adornos navideños deteriorados o simplemente, polvo acumulado, deben ser retirados del salón o de cualquier parte de la casa.