Santiago Abascal apuesta por Pepa Millán como nueva portavoz de Vox en el Congreso

El presidente de Vox, tras presentar sus credenciales de diputado en el Congreso, en el último día para hacerlo antes de la constitución de las Cortes, ha hablado por primera vez desde la dimisión de su amigo Espinosa de los Monteros, que seguirá siendo afiliado del partido, pero sin responsabilidades orgánicas ni políticas. «Vox pierde un gran portavoz, pero gana una gran portavoz con Pepa Millán», ha afirmado, revelando el nombre la sustituta de uno de los fundadores de la formación.

«Tenemos una gran esperanza en ella», ha dicho Abascal, recordando sus intervenciones en el Senado en los debates contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en los que se ganó el aplauso y el reconocimiento en Vox. Millán fue recompensada con un puesto de salida en la candidatura de Madrid al Congreso, donde iba como número cinco, y tuvo un gran protagonismo en la campaña electoral, compartiendo algún mitin con Abascal. Junto a María Ruiz, a quien el líder de Vox colocó como su número dos por Madrid, estaba ya llamada a ser uno de los rostros femeninos del partido.

Millán será así la diputada más destacada del grupo parlamentario, al margen del propio Abascal, y heredará un rol perfectamente cubierto por Espinosa de los Monteros hasta la fecha. Se impone en la carrera por el puesto a la propia Ruiz y a Ignacio Hoces, diputado por Badajoz que en las dos últimas semanas se había colocado como el favorito en las quinielas por su proximidad a Jorge Buxadé, vicepresidente del partido y máximo representante de la corriente más conservadora, que según los críticos de la formación se está imponiendo sobre el resto de sensibilidades internas.

No obstante, Abascal ha negado este miércoles tajantemente que en Vox haya «familias» y, como ya hizo Ignacio Garriga, su secretario general, la semana pasada, ha limitado las críticas a «gente que no está satisfecha cuando no obtiene el acta y no es elegida». Sus palabras iban dirigidas a los exdiputados Rubén Manso y Víctor Sánchez del Real, que denunciaron una deriva del partido hacia los postulados más conservadores de Buxadé y que, como Espinosa de los Monteros, se enmarcaban dentro de ese liberalismo económico —que no social— que ahora parece estar perdiendo peso.

El presidente de Vox ha aseverado, en cambio, que en su partido sigue cabiendo «todo el mundo» y ha retado a los críticos a señalar un solo punto programático de la formación con el que no coincidan. «Siento pincharles el globo», les ha dicho a los periodistas, y después ha añadido un mensaje hacia dentro: «Los que quieran generar división o discordia o los que apuesten por personalismos no tienen cabida en Vox». Ese último mensaje, el de los personalismos, ya se deslizó hace ya casi un año, cuando Macarena Olona se marchó de la formación y después inició un pulso externo a Abascal en un intento de regresar con más fuerza.

En cualquier caso, y pese a la crisis interna —y pública— que supuso el adiós de Espinosa de los Monteros, Abascal se ha agarrado a los motivos personales que alegó su exportavoz en su despedida para negar «ningún tipo de razón política ni programática». «Tenemos que agradecer su contribución», ha zanjado, antes de anunciar la designación de Millán. La nueva portavoz, de tan solo veintiocho años, ha reivindicado en sus primeras palabras a los jóvenes; «los más damnificados del sanchismo».