Espinosa de los Monteros deja la política: «Tengo la esperanza de ver a Abascal en La Moncloa»

Con esas palabras, pasado el mediodía, Espinosa de los Monteros se ha despedido, visiblemente emocionado, de una abarrotada sala de prensa pese a ser 8 de agosto y estar disueltas las Cortes, a la espera de su nueva constitución el día 17. En una declaración sin preguntas, ha esgrimido únicamente motivos «personales y familiares» —ha dicho que sus padres empiezan a ser mayores, sus hijos aún no lo son y que ha pasado «suficientes noches de hospital»— y ha evitado toda crítica a su partido o comentar la más mínima disensión con la cúpula de la formación, sobre la que el parlamentario cada vez tenía menos influencia.

Espinosa de los Monteros representa el alma más liberal de Vox en el terreno económico, alejada de postulados más conservadores que encarnan figuras como Jorge Buxadé, vicepresidente de la formación que ha ganado peso desde la salida de Javier Ortega Smith de la Secretaría General del partido el año pasado. Ignacio Garriga, ahora secretario general y número dos del partido, es una figura muy afín a Buxadé, por lo que ideológicamente ha sumado enteros la corriente opuesta a la del hasta ahora portavoz en el Congreso.

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A pesar de estas discrepancias, tanto Buxadé como Espinosa de los Monteros han negado siempre cualquier división e incluso han bromeado públicamente con su supuesto enfrentamiento por el control del partido. Garriga, en una entrevista en este diario, negó tajantemente la existencia de familias en Vox. Ahora, tras perder en las generales más de 600.000 votos y diecinueve diputados, Espinosa de los Monteros da un paso atrás. Se marcha, eso sí, sin un solo reproche a su formación, en la que seguirá militando. «Tengo la esperanza de ver a Santiago Abascal en La Moncloa», ha aseverado.

El líder de Vox es una de las cuatro personas en el partido a las que ha mencionado por su nombre, junto a Ignacio Garriga, Jorge Buxadé y Manuel Mariscal. A todos ellos les ha dado las gracias, así como a su equipo más cercano, empezando por Rosa Cuervas, la jefa de prensa del grupo parlamentario, y siguiendo por los trabajadores de la casa: ujieres, policías, taquígrafas, periodistas, etcétera. Conocedor o no de la decisión de la socialista Meritxell Batet de no repetir como presidenta del Congreso, también le ha agradecido su trabajo en la pasada legislatura. Con un temblor de voz, se ha acordado de sus padres, hermanos, hijos y de su mujer, Rocío Monasterio, la líder del partido en la Comunidad de Madrid.

El ya exdiputado ha asegurado que sus cuatro años en el Congreso le han supuesto «el mayor honor» de su vida y ha destacado específicamente las recepciones en el Palacio Real cada 12 de octubre con motivo de la Fiesta Nacional. En su día, antes de su salto a Andalucía y su traumática salida de Vox, Espinosa de los Monteros formó tándem parlamentario con Macarena Olona. Una bicefalia en la Cámara Baja de la que hoy no queda nada. Ahora el partido debe afrontar un relevo incierto en el grupo parlamentario, donde no hay 'a priori' personas tan mediáticas como lo eran ellos dos.

En la sala de prensa del Congreso acompañaban a Espinosa de los Monteros dirigentes como Inés Cañizares —que ya no es diputada—, Víctor González —también del sector liberal en lo económico, que perdió su vicepresidencia en el partido cuando se produjo el reemplazo de Ortega Smith por Garriga— y parlamentarios 'novatos' como Ignacio Hoces (Badajoz) y Carlos Flores (Valencia). Uno a uno, Espinosa de los Monteros se ha despedido después, dando las gracias y conteniendo la emoción, de los trabajadores de Vox presentes y de los periodistas acreditados en la Cámara Baja.

A primera hora del día, la noticia ha pillado en directo en la Cope a Buxadé, que ha evitado confirmarla o desmentirla a la espera de las palabras de Espinosa de los Monteros —ya había convocado rueda de prensa para las 12:00— y se ha deshecho en elogios hacia él, señalándolo como el pasado, presente y futuro de Vox. Ortega Smith, caído a la irrelevancia en lo orgánico pese a ostentar el cargo de vicepresidente —al mismo nivel teórico que Buxadé—, ha lamentado su dimisión, pero ha apuntado también: «Aunque algunos no han sabido reconocértelo, la inmensa mayoría tenemos una impagable deuda de patriotismo contigo».

Olona también ha puesto un mensaje público en el que ha insinuado que, tras las «buenas palabras» en la despedida, Espinosa de los Monteros sufrirá el mismo «acoso organizado» que ella tantas veces ha denunciado desde que se fue del partido. En sus redes sociales, Abascal ha agradecido públicamente el trabajo de Espinosa de los Monteros, ha lamentado que el Parlamento pierda «a un gran portavoz» y se ha mostrado convencido de que participará «muy activamente» en la construcción del futuro de España. «En cualquier caso, muchas gracias por tu entrega. Nada de adioses. Hasta pronto», ha concluido, en una de las primeras reacciones ante el adiós.