Ignacio Garriga niega la crisis en Vox y acusa a los medios de propagar «ficciones del terror»

Garriga, muy afín al máximo representante de esa corriente, el vicepresidente del partido Jorge Buxadé, ha negado, en una entrevista en la radio pública, la existencia de «facciones» en Vox. Hay compañeros suyos sin embargo, más próximos al liberalismo económico, que denuncian la ruptura de los equilibrios internos y la deriva hacia postulados próximos al nacional-catolicismo en el último año, más o menos desde que Javier Ortega Smith fue relevado como secretario general y empezaron a emerger, empezando por Garriga, figuras de la órbita de Buxadé.

El número dos de Vox ha admitido que él y la cúpula del partido conocían de antemano la renuncia de Espinosa de los Monteros, a quien ha dedicado innumerables elogios, pero no ha sabido explicar por qué entonces, a pesar de ser algo esperado en la dirección nacional, ninguna figura de peso acompañó a todo un fundador de la formación derechista en su adiós en el Congreso de los Diputados. Abascal, sin ir más lejos, apenas se despidió de él con un comentario en sus redes sociales. Garriga también ha confirmado que ya está decidido el próximo portavoz, pero no lo ha desvelado.

En cualquier caso, y pese a que por primera vez, tras la salida de Espinosa de los Monteros, hay miembros de Vox que se atreven a criticar públicamente a la ejecutiva, Garriga ha garantizado que no existe ningún problema interno ni división en el partido. Igual que sucedió con el resultado del 23J, ante el que Vox culpó a los medios, entre otros actores externos, de haber perdido diecinueve escaños en la Cámara Baja, este viernes el también líder del partido en Cataluña ha acusado a la prensa de propagar «ficciones del terror».

«Campaña de manipulación y de mentiras», «fabulaciones», «ficciones del terror absolutamente falsas», «campaña de acoso, manipulación, mentiras y derribo», «relatos de ciencia ficción», «burdas mentiras», «intento de conspiración», «teorías de crisis, de facciones y de ficciones del terror»... Con todos estos términos, Garriga ha despachado el malestar interno que ha generado la marcha de Espinosa de los Monteros, cuyo entorno asegura que se sentía relegado en la toma de decisiones dentro del partido, y ha cargado en la prensa toda la responsabilidad de las noticias publicadas estos días.

El problema es que ahora no solo hay personas críticas que susurran a los periodistas en privado, sino que exdiputados como Rubén Manso y Víctor Sánchez del Real, ambos muy cercanos a Espinosa de los Monteros ideológicamente, han alzado la voz en público. Manso, gurú económico de la formación, llegó a escribir un artículo en 'Vozpópuli' titulado «Vox no tiene futuro» y a él ha ido la primera respuesta de Garriga: «Futuro Vox tiene para mucho. En palabras del propio Espinosa de los Monteros, con el cual coincido, tenemos la esperanza de ver a Santiago Abascal en La Moncloa».

El secretario general de Vox, de hecho, ha limitado las críticas surgidas a raíz del abandono de Espinosa de los Monteros a «algunos que no han renovado en las listas electorales». Precisamente, una de las cosas que critica el sector crítico es que quien era portavoz en el Congreso no tuviese ningún papel en la confección de las candidaturas. Garriga, de nuevo, le ha restado importancia: «Es curioso que critiquen, porque evidencian que querían estar en la posición en la que estaban hace unos meses: seguir siendo diputado».

Este jueves, no obstante, Juan Luis Steegmann, también enmarcado en la corriente más liberal en lo económico, renunció a sustituir a Espinosa de los Monteros en el Congreso y comunicó a la dirección del partido que tampoco recogerá el acta de diputado. Un paso que evidencia que quizá no sea el único problema, para los críticos, no haber tenido un lugar en las listas electorales. Steegmann lamentó como una mala noticia la renuncia de su exportavoz, pero, como él, se marchó con palabras de agradecimiento hacia Abascal.