Moncloa arremete contra el juez Puente para desviar el foco de la corrupción de Ábalos
Utiliza el «estupor» del instructor para cuestionar el auto: «Que se presente a unas elecciones»
El Supremo deja en libertad a Koldo a pesar de que cree que puede disponer de dinero y «vínculos en el extranjero»
Madrid
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Iniciar sesiónCada jornada en el Tribunal Supremo es una dosis de recuerdo de la corrupción en el PSOE y en el Gobierno de Pedro Sánchez. En Moncloa y Ferraz respiran aliviados, porque las declaraciones de José Luis Ábalos y Koldo García no se hayan saldado ... con su ingreso en prisión ni con ningún dato incriminatorio, pero son conscientes de que ese alivio es momentáneo. Un respiro hasta que llegue el siguiente informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil. Ver al que fuera todopoderosa mano derecha de Sánchez en el Ejecutivo y en el partido desfilando ante el juez y con riesgo de dar con sus huesos en la cárcel de Soto del Real supone un descrédito añadido a la causa fundacional que motivó la llegada del hoy presidente al poder, a lomos de una moción de censura a la corrupción del PP. En la sala de máquinas socialista tratan de rebajar el impacto, en la medida de lo posible, y han encontrado en el auto del juez Leopoldo Puente la mejor vía de escape.
En Moncloa, habían evitado hasta ahora entrar a cuestionar al instructor, de sensibilidad progresista. Esto contrastaba con su actitud respecto al propio Supremo en el caso del fiscal general del Estado, o de los jueces de Madrid y Badajoz que investigan las causas del hermano y la mujer del presidente del Gobierno, respectivamente, pero han cambiado de estrategia. Utilizando la alusión de Puente al «estupor» que le genera que Ábalos mantenga el escaño, Moncloa ha provocado una reacción en cadena a nivel de partido, Gobierno y Congreso para poner el foco en el instructor y desviarlo de la corrupción que cerca, cada vez con indicios más fundados, al que fuera exministro y ex secretario de Organización. Los primeros en abrir fuego contra el juez fueron el mismo miércoles fuentes parlamentarias, que criticaron lo que consideraron una intromisión en la separación de poderes.
El vicepresidente de la Mesa del Congreso, el socialista Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, insistió ayer en esta tesis, asegurando que no está entre los planes de la Cámara reformar de nuevo el Reglamento para endurecer el régimen de incompatibilidades de los diputados. «Cualquier ciudadano puede opinar de lo que se puede hacer o no hacer en el Congreso de los Diputados y opinar de la legislación. También hay una manera de vehicularlo: presentarse a las elecciones. Que se presente a unas elecciones, participe del debate político, proponga un cambio legislativo que considere oportuno y, a partir de ahí, las mayorías parlamentarias son las que son», aseguró.
Por qué Ábalos y Koldo no han sido enviados a prisión, pero Santos Cerdán sí
Carlos MullorEl exsecretario de organización socialista ingresó en prisión el pasado 30 de junio, mientras que el exministro y su exasesor continúan en libertad
En la misma línea se manifestaron fuentes gubernamentales consultadas por ABC que consideran una «extralimitación» del magistrado pronunciarse en estos términos, por lo que –entienden– supone una intromisión en la separación de poderes. «Cada poder tiene que intervenir en su ámbito», sentencia un miembro del Gobierno. «Todo el mundo que respeta la separación de poderes sabe que los jueces aplican las leyes, y no necesitamos que opinen sobre ellas», incidió, por su parte, Patxi López. Sin embargo, ver a Ábalos en el Congreso de los Diputados supone para algunos socios de investidura un problema, por el mensaje que traslada a la ciudadanía, en un momento en el que la desafección cotiza al alza y la rentabiliza en exclusiva Vox.
Desde Compromís pidieron ayer a Ábalos que renuncie al acta y se abren a una revisión de los aforamientos para que no supongan una abuso de la inmunidad. Por su parte, en el PSOE, donde rechazan incluir cualquier cambio en este sentido, recuerdan que en un momento muy inicial de las investigaciones ya se pidió a Ábalos que renunciase al acta –empresa para la que enviaron de emisario, sin éxito, a Santos Cerdán–. El exministro se negó y, tras ser expulsado del grupo socialista, se integró en el Mixto.
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