ANÁLISIS
Incendios: Xunta en perfil bajo, oposición sin frenos
Alfonso Rueda se instaló en un tono sosegado, evitando cualquier atisbo de triunfalismo o épica en la gestión
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Iniciar sesiónTendemos a romantizar el pasado en exceso, con un punto de nostalgia. Puede que algo de eso haya cuando se compara el debate sobre incendios vivido este martes en el Parlamento gallego con el que se produjo en 2006, ambos tras un agosto de ... fuego y ceniza. Si en aquella ocasión el intercambio resultó vibrante, con una indiscutible tensión política entre gobierno y oposición, esta semana resultó todo más plano. No fue ni mejor ni peor, simplemente distinto. La explicación quizás se pueda encontrar en el terreno de juego que unos y otros fueron abonando.
Hace 19 años la Xunta bipartita concibió la comparecencia de Touriño como un momento para la confrontación con la oposición de Alberto Núñez Feijóo. El presidente se instaló en un tono combativo, sabedor de que necesitaba reforzar su perfil y menoscabar el del líder popular. Este 2025, Alfonso Rueda configuró otro escenario. Se instaló en un tono más bajo, más sosegado, evitando cualquier atisbo de triunfalismo o épica en la lucha contra el fuego, por más que hubiera momentos -como el rescate de los jóvenes del campamento de Manzaneda- donde podría haber recurrido a un cierto efectismo, poniendo así en valor la pericia y el esfuerzo de sus operativos. La mención fue tan genérica como obligada.
El objetivo era poner sobre la mesa que la Xunta ayudará en la limpieza de las franjas secundarias a los concellos más pequeños, desbordados en esta obligación legal de los propietarios que deben asumir de manera subsidiaria. La propuesta tiene todas las trazas de ser un ruego de alcaldes de todo signo político. Algunos acumulan miles de notificaciones pendientes de entrega para exigir a los propietarios que desbrocen sus fincas.
Rueda planteó un par de ideas más, como una base propia de la UME en la provincia de Orense o que el botín de fondos europeos que custodia el Gobierno central y que va a ser imposible gastar en plazo pueda ser redirigido a políticas de recuperación forestal y reconstrucción de las zonas más afectadas. Había más un ánimo propositivo que de confrontación política. Pero esta tenía que llegar.
En política, donde las dan, las toman. Es legítimo que BNG y PSOE se quisieran desquitar después de la durísima oposición que el PP le hizo al bipartito durante los incendios de 2006. Rueda probablemente era consciente de que eso era una catarsis que socialistas y nacionalistas debían afrontar, y que -quizás- una vez finalizado este venenoso ajuste de cuentas, podría alcanzarse algún tipo de entendimiento, un escenario para un acuerdo de mínimos. Nada de nada.
Como se recordó esta misma semana en esta columna, los argumentos utilizados por Touriño -y por tanto validados en su día por BNG y PSOE- bien valen para diagnosticar los incendios de este año. Pero ni a Pontón ni a Besteiro le bastaron. Aunque el saldo de uno y otra es diferente. Se vio a una lideresa nacionalista desenfocada, recurriendo a gesticulaciones pobres, como la foto de Feijóo ¡en los incendios de 2006! o reprochándole a Rueda que fuera ¡sin afeitar! y se hubiera puesto un chaleco reflectante en sus vistas al Cecop. Cuando la política necesita de golpes de efecto es que los argumentos flojean. Y venga Altri, y venga eucalipto, ese que no ha ardido en Orense porque apenas existe en la provincia.
Besteiro, más incisivo, pidió la dimisión de Rueda, aunque dio la impresión de que iba a rebufo de un BNG que la venía solicitando desde una semana antes. Y si el primer partido de la oposición la reclama, ¿cómo no va a hacerlo el PSOE? Hubo más cooperación institucional en el Cecop orensano que en el hemiciclo del Parlamento gallego.
Ni siquiera Feijóo se atrevió a pedir la dimisión de Touriño en 2006. Le bastaba con pedir el cese del conselleiro Suárez Canal. La oposición de hoy ha hecho un completo durante la semana: el martes pidió la renuncia de Rueda, el miércoles la de la conselleira de Medio Rural y el viernes la del director xeral de Defensa do Monte. Discurso de amplio espectro, desde luego, pero poco eficaz para ir al grano. El mundo rural exige menos ruido y más 'sentidiño', por parte de todos. De lo contrario, esta historia se va a seguir repitiendo.
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