Galicia pedirá una base estable de la UME y que se destinen fondos europeos a la lucha y prevención de los incendios forestales

El presidente gallego no solo ha hecho un diagnóstico de lo sucedido, sino también ha planteado medidas e iniciativas que, de cara al futuro, puedan ayudar a la reconstrucción de las zonas arrasadas, a una mejor planificación forestal y a la prevención de los incendios. Entre ellas, Rueda ha avanzado que se dirigirá a la ministra de Defensa, Margarita Robles, «para solicitar la creación de una base permanente de la UME en territorio gallego», concretamente en el municipio orensano de Toén. Además, ha reclamado «una rectificación urgente» en la gestión del Plan de Recuperación y Resiliencia, para que «esa mayor parte de fondos europeos todavía sin ejecutar a menos de un año para que remate el plazo», se puedan redirigir «a reforzar la prevención de incendios y la recuperación tras ellos».

De las zonas calcinadas, el cálculo de la Xunta es que solo el 31% corresponden a superficie arbolada, mientras que el 69% sería monte raso y tierras desnudas. Rueda ha insistido en que esto «no es minimizar nada» sino «decir la verdad». Así, ha llamado a no caer en «simplificaciones» a la hora de determinar «las causas que provocan los incendios». Entre los ingredientes, «un mes de junio extremadamente cálido, el segundo con las temperaturas más altas de toda la serie histórica que secó la vegetación y la convirtió en un combustible fácil, después de que creciera en una primavera especialmente húmeda», que se completa con «la falta de precipitaciones», después de que «desde el inicio del verano hasta el 25 de agosto solo hubo un día de lluvia». Y, por último, «temperaturas muy elevadas en el mes de agosto, tanto de día como de noche», con «16 días consecutivos con avisos por altas temperaturas, además de una humedad muy baja y rachas de viento fuertes y cambiantes».

No obstante, «si el monte arde, es porque alguien le prende», bien sea por negligencias o imprudencias, «pero en otros casos, muchos más de los tolerables, de forma intencionada». Ha reconocido que «es evidente que las condiciones climáticas también tienen una influencia muy importante en la propagación de los fuegos y cada vez la tendrán más». Pero, igualmente, «ni nuestra comunidad, ni España en solitario, podemos revertir esta situación ni lograr un impacto relevante a nivel mundial». «No podemos limitarnos a apuntar el cambio climático como responsable principal y después cruzarnos de brazos», ha aseverado en referencia a las declaraciones del Gobierno, «es imprescindible que avancemos en la adaptación a unas condiciones meteorológicas que están aquí para quedarse».

Para combatir incendios que «estaban fuera de capacidad de extinción» Galicia dispuso «de un dispositivo de primerísimo nivel», conformado por 3.000 profesionales del Servicio de Prevención y Defensa (SPIF) contra incendios forestales, «más de 200 bomberos, GES y protección civil; 343 efectivos en brigadas municipales; 380 motobombas; 36 buldózer; 12 batracios; más de 30 medios aéreos entre Xunta y Estado; agentes forestales y más de 120 agentes medioambientales» además del personal de la policía autonómica, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y unos 800 del Ejército, entre UME y Ejército de Tierra.

«A diferencia de otras CC.AA. y diga lo que diga una vicepresidenta del Gobierno que veraneó plácidamente a poca distancia donde se producían los incendios, la práctica totalidad del dispositivo» son trabajadores de la Administración autonómica. Según ha detallado, «dos tercios» del SPIF «son empleados públicos, que trabajan a lo largo de todo el año», y «el otro tercio lo conforman trabajadores fijos discontinuos que, desde 2017, pasaron de trabajar tres meses al año a hacerlo ocho» este 2025, que serán nueve en 2026. En todo caso, Rueda ha anunciado que la Xunta reforzará los medios aéreos de extinción «tanto mediante la incorporación de nuevos aviones y helicópteros como a través de la creación de nuevas bases que permitan su actuación».

«A la hora de atacar los fuegos no hubo colores ni bandos», ha destacado, «todos los profesionales, dependiesen de la Administración que dependiesen, trabajaron a una para contener las llamas». No obstante, ha lamentado que «los efectivos enviados por el Gobierno central» no fueron siempre «los que habrían sido deseables», situación que «también vale para el momento actual», en el que la Xunta sigue esperando recursos del Ejército para «colaborar en labores de limpieza y extinción». «Todavía no llegó ni una sola máquina específica con ese cometido a los montes gallegos ni sabemos cuándo lo harán», ha reconocido.

Si con el Gobierno ha mantenido una postura de leve crítica, la ha endurecido al referirse a la oposición en Galicia. «Mientras la mayoría arrimábamos el hombro, los que llegaron varios días tarde y pisaron poco o ningún terreno acabaron haciendo lo que siempre hacen: cortoplacismo, barullo y política de pancarta», y lo ha contrapuesto con lo dicho por el ministro del Interior «que afirmó que no declara el nivel 3 de emergencia porque las Comunidades estábamos a gestionar con acierto y eficacia». Rueda ha reconocido «la profesionalidad de los equipos de extinción», haciendo un recordatorio expreso a los tres brigadistas que permanecen hospitalizados.

El titular de la Xunta ha hecho, además, un primer balance del paquete de ayudas aprobadas a finales de agosto para atender a los damnificados por los incendios. Hasta este martes «se pidieron 41 ayudas para viviendas, 13 para primera residencia y 28 para domicilio ocasional», y las dos primeras «ya están concedidas». «También se solicitaron 191 ayudas para explotaciones agroganaderas, 61 para explotaciones forestales, tres para industrias y comercios, una para un tecor y una para un concello», ha enumerado. «Seremos ágiles en el pago, como lo fuimos en 2022», porque «es en circunstancias como esta es cuando más se demuestra la utilidad de los poderes públicos y por eso me siento tan orgulloso de que la Xunta esté respondiendo en este proceso de reconstrucción tras los incendios».

Aquí, Rueda ha lamentado que «todavía no sabemos cuándo serán convocadas las ayudas que comprometió el Gobierno de España ni que cuantía tendrán», si bien «esperamos que finalmente sea superior al que a día de hoy se avanzó». En todo caso, las ayudas estatales serán «plenamente compatibles» con las autonómicas, con el único límite de que «la suma de fondos no supere el total del daño hecho». «En una crisis así siempre hay cosas a mejorar y seguro que podemos extraer lecciones para la próxima vez», pero «Galicia no se rinde», porque «Galicia siempre renace con la fuerza de su gente».