Toledo acoge un «merecido homenaje» a Alberto Sánchez

Para rescatar a Alberto Sánchez del olvido, la ciudad que le vio nacer acoge durante este mes de octubre una exposición que quiere rendirle un homenaje. La muestra, con el título de su obra más universal, «El pueblo español tiene un camino que conduce a una estrella», viene precedida de la publicación en 2017, por parte de Descrito Ediciones, de un libro con motivo del 80 aniversario de la elaboración de la escultura con ese título. La realizó por encargo del gobierno republicano como faro del pabellón de la República Española en la Exposición Internacional de París de 1937. Casualmente, el mismo año en el que nació el único hijo que el artista toledano tuvo, Alcaén Sánchez, cuyo nombre viene de uno de los materiales principales con los que trabajaba sus esculturas: una tierra caliza llamada alcaén en Toledo.

En esta muestra participan unas 45 personas, entre creadores plásticos y literarios, que trasladan el espíritu del libro homenaje del 2017 a las obras que a partir de este viernes se muestran hasta el 31 de octubre en el espacio de arte y cultura contemporánea Cámara Bufa, ubicado en la plaza de las Concepcionistas de Toledo . «El leitmotiv es la escultura 'El pueblo español tiene un camino que conduce a una estrella', pero sirve para rescatar del olvido y homenajear toda la obra escultórica de Alberto Sánchez», cuenta a ABC el organizador de la muestra, Alfredo Copeiro , quien señala que el artista toledano sólo realizó ocho exposiciones individuales y otras ocho colectivas en toda su vida, pero se tiene constancia de 170 obras creadas por él.

«El pueblo español tiene un camino que conduce a una estrella», la escultura con forma de obelisco que hizo Alberto Sánchez, «desapareció misteriosamente a los pocos meses de exponerse en París en 1937, en plena guerra civil española», explica Alfredo Copeiro. En 1970 fue encontrada una maqueta en el sótano del edificio de patrimonio y ya en 2001, con motivo de una gran exposición sobre la obra del artista toledano, el Museo Reina Sofía erigió en la puerta del Museo una copia de la obra, de 18,7 metros de altura, realizada por el escultor valenciano Jorge Ballester. El facsímil fue esculpido basándose en la maqueta de escayola realizada por Alberto y en las fotografías que se conservan del original de París.

El organizador de la exposición subraya que lo que buscan con ella es «reivindicar la figura de Alberto Sánchez, un artista muy importante que está escondido e invisibilizado , como su obra, tanto en Toledo como en el resto de España. Ello, a pesar de que era un hombre que se apoyaba en el pueblo porque de ahí era de donde provenía». Hijo de panadero, nació en el barrio toledano de las Covachuelas y, con siete años, comenzó a trabajar como porquerizo. Luego vinieron otros oficios, como repartidor de pan, aprendiz de herrero, zapatero y escayolista. En 1907 se trasladó con su familia a Madrid, donde aprendió a leer y a escribir a los 15 años, y a partir de los 20 años compatibilizó el oficio heredado de su padre con el arte.

El pan y el arte fueron dos constantes en su vida , algo que se deja notar en la exposición que se puede ver en Toledo durante este mes de octubre. En ella, Antonio Cepas, responsable de la panadería Benipan, de Bargas (Toledo), expone varios de sus productos en un banco de madera fabricado por Nacho Román, imitando los estantes que el artista toledano realizó para exponer unas muestras de alfarería española en la Exposición Internacional de París de 1937.

Entre otros de los participantes en la muestra, Julio Pinillos, ha hecho una copia de un metro de la escultura «El pueblo español tiene un camino que conduce a una estrella», Javier Caboblanco hace réplicas en papiroflexia o el mismo Alfredo Copeiro hace una serigrafía con forma de caligrama de esta obra. Asimismo, se puede contemplar una copia que Kalato hizo de la «Mujer toledana». En definitiva, una oportunidad única para acercarse a la obra de Alberto Sánchez.