Otro hijo del dueño de Magrudis tiene una empresa que vende cárnicos sin dar de alta en el registro sanitario

Los hijos del empresario figuran como administradores únicos de dos empresas : Sandro Marín aparece como propietario de Magrudis y su hermano Mario está al frente de otra sociedad limitada unipersonal, Elaborados Cárnicos Mario . Creada el 1 de octubre de 2017, se trata de una microempresa que comparte domicilio social con la primera, no tiene empleados y tampoco ha declarado ventas, según las cuentas anuales de 2017, las únicas depositadas en el Registro Mercantil. Sin embargo, en el portal que publica ofertas de trabajo, Infojobs, la empresa Elaborados Cárnicos S.L. asegura que cuenta con ocho trabajadores.

Su objeto social es «la intermediación del comercio de productos alimenticios, bebidas y tabaco, y la industria y elaboración de productos cárnicos», según el Registro Mercantil. Facua, que se ha querellado contra Magrudis, ha ofrecido este miércoles más detalles sobre la nueva empresa.

Esta organización de consumidores «ha comprobado que Elaborados Cárnicos Mario SLU no está dada de alta en el Registro General Sanitario de Empresas Alimentarias y Alimentos, pese a que está obligada para dedicarse a cualquiera de sus dos objetos sociales, tanto la distribución como la elaboración de alimentos».

Durante el dispositivo, los agentes requisaron documentos y archivos informáticos, al objeto de avanzar en la investigación y evitar la destrucción de pruebas que pudieran incriminarles. Al cierre de esta edición, la Guardia Civil había dejado en libertad a dos de los cinco detenidos, la cuñada y el empleado de Magrudis.

La Unidad Central Operativa de Medioambiente (Ucoma) de la Guardia Civil, encargada de las pesquisas, ha llevado a cabo las inspecciones por orden de la juez de Instrucción número 10 de Sevilla, Pilar Ordóñez, que lleva a cabo la investigación, bajo secreto de sumario. A primera hora de la mañana, comenzó el registro en el chalé donde reside Marín Ponce en la urbanización Federico Echaguy, en la localidad de Dos Hermanas, así como en la casa de otro familiar del empresario, según informaron fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA).

Al mediodía, los agentes acompañaron a los hijos del gerente hasta las dos naves anexionadas el pasado mes de julio donde elaboraba sus productos contaminados la empresa sevillana, radicada en la calle El Pino Silvestre en el polígono industrial El Pino de la capital . La fábrica fue precintada el pasado 30 de agosto por el Ayuntamiento, quince días después de que se activara la alerta.

La operación desplegada no puede disociarse de una prueba decisiva, que imprime un giro a la instrucción: los responsables de Magrudis ocultaron que un laboratorio sevillano había comunicado que una muestra de su carne mechada había dado positivo en listeria el pasado 22 de febrero tras un análisis que encargó la sociedad.Había carne contaminada con listeria seis meses antes de que la Junta de Andalucía decretase la alerta sanitaria. La empresa lo sabía y siguió funcionando.

Como publicó ABC, el laboratorio que realizó el análisis, Microal, informó el pasado 9 de septiembre al juzgado sobre la existencia de dicho análisis , en vista de que éste no había trascendido. Tanto el Ayuntamiento de Sevilla, que tiene la competencia inspectora en este municipio, como la Junta de Andalucía, aseguraron a ABC que no tenían constancia de este análisis puntual encargado por Magrudis a un laboratorio externo el 18 de febrero.

En los registros de los inmuebles participaron más de 30 agentes y hasta miembros de la Europol, la agencia encargada de facilitar las operaciones de lucha contra la delincuencia en el seno de la Unión Europea, dado que el Ministerio de Sanidad lanzó una alerta internacional por el brote de listeriosis. Las inspecciones policiales se desarrollaron durante toda la mañana y hasta primera hora de la tarde bajo la supervisión de la juez instructora, que estuvo presente en las mismas y los investiga por supuestos delitos contra la salud pública y lesiones.

La operación policial comenzó a las ocho de la mañana en el chalé de dos plantas en una parcela de 700 metros cuadrados donde viven José Antonio Marín y su familia, en una urbanización de Dos Hermanas, a 14 kilómetros de Sevilla.

Al término del registro, pasadas las diez y media de la mañana, el «administrador de hecho» de la empresa fue introducido por los agentes en los asientos traseros de un BMW negro . Su hijo Sandro Marín fue conducido a un furgón policial, mientras que Mario Marín era introducido en otro coche policial mientras se tapaba la cara con el polo azul que vestía. A las doce en punto, tras su paso por otro inmueble de un familiar cuya identidad no ha trascendido y que podía ser la cuñada del empresario, el dispositivo se trasladaba a otro escenario: la sede de la empresa en el polígono industrial El Pino . En el registro de la empresa estuvieron presentes Mario y Sandro Marín Rodríguez.

El registro en la sede precintada de Magrudis se prolongó durante dos horas. Un operario puso en funcionamiento el sistema eléctrico durante las pesquisas. Minutos antes de que volvieran a poner el precinto a las instalaciones, un agente sacó de la nave una de las furgonetas con el logo y el lema «La Mechá, del todo natural. Sin conservantes ni colorantes». Los detenidos fueron trasladados después a la Comandancia de la Guardia Civil en Montequinto para prestar declaración. Fuentes de la investigación informaron de que el resto de detenidos posiblemente pasarán a disposición judicial mañana.La instructora decidirá si decreta el ingreso provisional en la prisión u otra medida cautelar.

El pasado 16 de julio, Sandro Marín informó por escrito a la Consejería de Salud y Familias de que se había anexionado la nave contigua (la número 21 de la calle) después de «haber realizado una reforma y redistribución del espacio destinado a la producción y elaboración de nuestros productos », según reza en la carta enviada. En la misiva, a la que tuvo acceso ABC, el hijo del gerente garantizaba que «se han mantenido las condiciones técnico-sanitarias iniciales y correcto funcionamiento del sistema de autocontrol», en virtud del cual contrataba a un laboratorio externo para tomar muestras de la fábrica y acreditar que se está elaborando la carne con garantías para la salud del consumidor.

Magrudis estuvo trabajando entre 2013 y 2019 sin permiso. A finales de 2015 se inscribió en un registro sanitario que no le habilitaba para funcionar. En esa época se realizaron dos inspecciones municipales (en 2016 y 2017) y no se detectó la ausencia de licencia.