Cinco detenidos y cajas de documentos requisados en la operación policial contra Magrudis por la listeriosis

En el despliegue han intervenido una treintena de agentes, comandados por la Unidad Central Operativa del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, encargados de medio ambiente y consumo. La operación se enmarca dentro de la investigación judicial abierta contra la empresa radicada en el polígono industrial El Pino de la capital hispalense, que está bajo secreto de sumario. En los registros han estado presente la juez de Instrucción número 10 de Sevilla, Pilar Ordóñez , y el secretario judicial.

A las dos de la tarde finalizó el último de los registros en la sede principal de la empresa, que se ha prolongado durante dos horas. Al término del mismo, el administrador de Magrudis, Sandro Marín Rodríguez , y su hermano, que se ha tapado la cara con las manos, han sido introducidos en un furgón policial y en un coche, respectivamente, y han partido de las instalaciones hacia dependencias de la Guardia Civil donde están prestando declaración. Pasadas las dos de la tarde, los agentes han abandonado la nave con al menos tres cajas cargadas de documentación y posibles pruebas incautadas durante el registro. Los responsables de la empresa están investigados por un supuesto delito contra la salud pública y otro de lesiones.

También sido detenido el gerente de la empresa y padre de ambos, José Antonio Marín , así como una cuñada y una quinta persona , que es un empleado de la empresa. Fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) puntualizaron que la juez ha ordenado los registros pero no la práctica de las detenciones y remiten a la Guardia Civil, que ha confirmado las cinco detenciones.

Tras presenciar los registros , los detenidos fueron conducidos a la Comandancia de la Guardia Civil para prestar declaración. Cuando finalice el dispositivo, los arrestados pasarán a disposición judicial. Será el juzgado de guardia el que decida si decreta el ingreso provisional en la prisión o alguna otra medida cautelar.

Marín Rodríguez llegó a las 12.00 horas a la nave industrial de Magrudis en Sevilla en el interior de un vehículo de la Guardia Civil y flanqueado por agentes que están realizando registros por orden del juzgado 10 de Sevilla. Entre los efectivos, también había un miembro de la Europol , dado que la alerta sanitaria por la seguridad alimentaria ha tenido alcance internacional.

A primera hora de la mañana, la titular de este juzgado, que investiga la causa abierta contra Magrudis como presunta responsable del brote de listeriosis decretado el pasado 15 de agosto, ha ordenado el registro de varios inmuebles propiedad de la empresa, entre ellas la nave industrial, ubicada en el Polígono el Pino y el chalé donde vive el gerente de la empresa, en la urbanización Federico Echaguy, en Dos Hermanas, a catorce kilómetros de la capital hispalense. Además, los agentes ha registrado otra vivienda en Dos Hermanas, domicilio de otro familiar suyo.

La nave principal de Magrudis fue precintada y clausurada el 30 de agosto por el Ayuntamiento de Sevilla , que tiene la competencia en materia de inspección agroalimentaria en la ciudad. El cierre de la nave se llevó a cabo quince días después de decretarse la alerta sanitaria, tiempo en el que los responsables de la empresa pudieron entrar y salir de la misma, por lo que los investigadores temen que se pudieran haber destruido pruebas.

En la denuncia registrada ante la Fiscalía de Sevilla, que luego trasladó el caso al juzgado, el Ayuntamiento de Sevilla advirtió de que Magrudis podría tener una segunda fábrica o un almacén aún no descubierto . De ahí saldrían, suponen, los productos que según algunos comerciantes servía Magrudis y que no han podido localizar ni en los listados de la empresa ni en sus instalaciones del polígono industrial El Pino de Sevilla.

Magrudis estuvo trabajando entre 2013 y 2019 sin ningún permiso . A finales de 2015 se inscribió en un registro sanitario autonómico que no le habilitaba para funcionar. En esa época la empresa pasó dos inspecciones municipales —en los años 2016 y 2017—. En ninguna se detectó que estaban operando sin licencia de actividad. Tampoco se solicitó este permiso municipal, más allá de una declaración responsable plagada de irregularidades, según constató el Consistorio.

El laboratorio Microal detectó presencia de listeria en un análisis realizado por encargo de Magrudis en el mes de febrero y a pesar de ello siguió elaborando y vendiendo lotes de carne mechada después de esa fecha.