García Marcos, el azote del GIL que cambió de chaqueta, condenada a cuatro años de cárcel

La que fuera durante años azote del gilismo desde su posición como edil del PSOE, decidió que le era más rentable pasarse al bando de los ganadores, y en el año 2003 apoyó a Marisol Yagüe en la moción de censura que acabó con la Alcaldía de Julián Muñoz.

Desde entonces, «la Rubia», como la llamaba despectivamente Jesús Gil, participó en multitud de acuerdos mediante los cuales los empresarios pagaban altas sumas de dinero para lograr adjudicaciones municipales, por los que podría haber logrado a cambio hasta 300.000 euros en comisiones ilegales.

La «tránsfuga» ha sido una de las últimas acusadas en salir de la Audiencia Provincial de Málaga, en medio de un gran revuelo mediático. «Me falta demostrar un poquito más mi inocencia y lo haré», ha afirmado ya en la calle.