Guadix y Baza reviven desde hoy el Cascamorras, una tradición con más de 500 años de historia
La fiesta, que congrega a miles de ciudadanos de ambos pueblos granadinos y que se prolongará hasta este sábado, es de Interés Turístico Internacional y aspira a ser Patrimonio Inmaterial de la Unesco
Cada año, un personaje que rememora a un bufón intenta sin éxito robar la imagen de la Virgen de la Piedad y a cambio es rociado de pintura negra, como el resto de los participantes
Baza, ciudad granadina de algo más de 20.000 habitantes, y Guadix, que tiene casi 19.000, están separadas por unos 45 kilómetros pero hay algo muy fuerte que las une, una tradición con más de 500 años de antigüedad. Es el Cascamorras ... , que tendrá a los dos municipios en fiestas desde este miércoles 6 de septiembre y hasta el próximo sábado.
No es una fiesta menor, de eso no cabe duda. Cada año reúne a miles de participantes, es Bien de Interés Cultural desde 2019 y antes aún, en2013 se declaró de Interés Turístico Internacional. Ahora, los ayuntamientos de Guadix y Baza trabajan conjuntamente con el objetivo de que la Unesco la designe Patrimonio Inmaterial. Es ruidosa, deja a todo el mundo embadurnado de pintura (durante unas horas al menos) pero sirve para descargar adrenalina y divertirse. Allí están deseando que llegue.
Para contar la historia del Cascamorras hay que remontarse nada menos que a 1151. Los almohades, que dominaban la zona por entonces, destruyeron una ermita mozárabe que había en La Churra, a las afueras de Baza. En 1470, cuando ese territorio ya había sido conquistado por los Reyes Católicos, se reconstruyó para ubicar allí la Iglesia de la Piedad.
Y fue en esas obras cuando ocurrió. Juan Pedernal, un obrero accitano (es el gentilicio de los nacidos en Guadix), aseguró haber oído una voz que decía: «Ten piedad», empezó a buscar por allí y encontró una talla de una virgen, que casi inmediatamente recibió el nombre de Nuestra Señora de la Piedad.
Juan Pedernal quería llevársela a Guadix porque era él quien la había encontrado, pero no lo consiguió. La virgen se quedó donde fue hallada y el hombre, lejos de resignarse, se plantó poco después en Baza acompañado por un extraño personaje vestido de algo parecido a un bufón o un arlequín, el Cascamorras.
Fracasó. Los bastetanos, que así se llaman los de Baza, lo impidieron y los mancharon a base de bien. Le dijeron a Pedernal que si alguna vez conseguía llevarse inmaculado la imagen, ésta podría quedarse para siempre en Guadix. Pero eso nunca ocurrió. El Cascamorras nunca salía limpio de su expedición.
David Marcos representará este año al Cascamorras.
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Con el tiempo, la tradición se instauró y se hizo anual. Ahora, cada 6 de septiembre, el Cascamorras llega a las seis de la tarde a Baza y le reciben con litros y litros de pintura negra. Ahora, por suerte, ya está prohibido lanzar pintura tóxica.
Como ya está manchado, no podrá llevarse a la virgen, pero en Baza saben reconocer su esfuerzo. En la Plaza de las Eras lo suben a la estatua del Cascamorras y allí ondea la bandera de la Hermandad de la Piedad de Guadix. Es un héroe por haberlo intentado una vez más pese a saber que la hazaña es imposible.
Ese divertido y tradicional acto es el pistoletazo de salida para dos días de festejos, el 7 y el 8 de septiembre, que tienen como colofón, un día después, el regreso del Cascamorras a Guadix. Allí, cada 9 de septiembre, el buen hombre regresa con las manos vacías y su pueblo natal lo recibe... con pintura.
Pero también es un héroe allí. De hecho, ser nombrado Cascamorras es uno de los mayores privilegios para un accitano. Este año, ese honor recae en David Marcos, un hombre de 45 años que releva a José Antonio Escudero, que ha desempeñado esa función durante los últimos cuatro años.
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