Caos ferroviario
Los viajeros del AVE en Córdoba meten la incertidumbre en el equipaje: «Tomar el tren es una aventura»
Los usuarios muestran temor y la prevención ante el aumento de incidencias e impuntualidad
Robo de cable en la línea del AVE Madrid-Andalucía: la totalidad de la circulación se recupera en Córdoba
Nueva avería por un catenaria en Toledo que afecta a la circulación de hasta 14 trenes por Córdoba
En comparación con las recientes imágenes de gente parada en trenes sin aire acondicionado, esperas interminables, traslados de pasajeros o, por otra parte, el colapso en el aeropuerto de Barajas, la estación de trenes de Córdoba mostraba un aspecto tranquilo en estos primeros días de julio en los que se suceden desplazamientos por toda España.
Tras la aparente calma viene la tempestad interna en muchos pasajeros, que han pasado de la confianza en un medio de transporte a la inquietud por la incertidumbre. Percances, averías, cortes de electricidad, incidencias y estaciones completamente congestionadas se han transformado en algo tristemente cotidiano.
«Coger ahora un tren es una aventura, como si te montas en la montaña rusa», indicaba con gracia Fernando Madero, valenciano afincado en Córdoba desde hace más de 20 años y que volvía a su tierra para ver a la familia.
Al igual que él, numerosas personas aguardaban en la estación de Córdoba tranquilamente sentadas, pululando por los distintos espacios o haciendo cola en las taquillas. El caso de Fernando Madero es especialmente delicado, porque en varias ocasiones ha tenido que viajar en tren en semanas anteriores para acudir a pruebas de oposiciones en Madrid.
Iba el mismo día del examen y coincidía a veces con diversos incidentes con trenes en España. «Iba con suficiente tiempo de antelación, pero sentía que me arriesgaba, cosa que antes no pasaba», confiesa a ABC. Esa rememoración de un pasado en la que los trenes de alta velocidad, fundamentalmente el AVE, estaban asociados a puntualidad y diligencia, será una constante en lo que relaten las personas consultadas por ABC Córdoba.
«Hoy tenemos una comida con la familia en Málaga y nos planteamos ayer cambiar los billetes para irnos antes por si acaso», explican Sergio y Maite, madrileños que han parado una noche en Córdoba antes de pasar varios días en la Costa del Sol. Ambos aseguran que si en lugar de tiempo libre fuese una cita laboral, ahora mismo, por la situación de los trenes, serían más previsores que nunca.
Nuevos operadores
En la gran pantalla central de la estación se perciben los cambios generados en la alta velocidad. Ya no se anuncian sólo los AVE o media distancia de Renfe. Se añaden las nuevas empresas, como AVLO, Iryo u Ouigo. De la misma forma, el colorido de los trenes, adaptados al aspecto visual de cada marca, ofrece en la vías un trasiego distinto.
El mismo colorido se observa en las vestimentas de los pasajeros que esperan en los asientos de la estación, en los que abundan bermudas, sandalias y camisetas, elementos destinados a evitar el calor tanto en una Córdoba que está sobrepasando los 40 grados como en los distintos destinos. Agustín Barcos, su mujer Lucía y su veinteañera hija, Lucía también, son unas de estas personas vestidas cómodamente que aguardan con placidez la llegada de su tren.
Naturales de Barcelona, han visitado Córdoba, pasarán unos días en Sevilla y de ahí se marcharán a Cádiz. Tras unas irreproducibles y claras palabras de crítica contra el Gobierno de la nación, aseguran que «nunca antes viajar en vacaciones te creaba este mal cuerpo».
«Como se pongan a hacer devoluciones, como pasaba antes con los retrasos del AVE, se arruina el país», recuerda un usuario
Agustín recuerda que en un par de ocasiones, en la primera década del siglo XXI, su AVE llegó unos minutos tarde y le devolvieron el dinero. «Como se pongan hoy a hacer devoluciones por lo mismo se arruina el país», resume.
También se percibe inquietud en las personas que esperan a un amigo o familiar. Es el caso de Paco García y su esposa María Ribera. Aguardan en un banco, justo en la zona que hay antes de las rampas automáticas que llevan a las vías a su hijo Francisco. Con 21 años ha realizado su primer viaje sólo con amigos.
En concreto a Fuengirola, como hacían ellos a su misma edad. «Viene en uno de los trenes nuevos», indican haciendo referencia a las empresas que se han ido añadiendo a los AVE. «Queremos comer luego juntos y esta mañana, hablando por teléfono con nuestro hijo, ya comentábamos la posibilidad del retraso», dicen. A falta de unos diez minutos para la llegada no se iba a producir, «pero ya se habla de esto como quien habla del tiempo», señalan con sentido del humor ante la situación.
-U67222281880dha-758x470@diario_abc.jpg)
-U85660651061qfa-464x329@diario_abc.jpg)
-U17658044650Mtn-278x329@diario_abc.jpg)
«Hace unas semanas tuve un retraso de media hora, pero fue en un media a distancia a Sevilla, ya que tuve que hacer un cambio de última hora del AVE a éste otro, y me tocó», recuerda Tomás, cordobés que va de nuevo a Sevilla por motivos familiares. «Hoy no tengo prisa, pero con todo lo que está pasando, la gente va a empezar a coger los trenes con mucha más antelación, cuando fueron puntuales hasta hace poco», explica.
En la pasarela que hay en mitad de la estación, y desde la que se ven las entradas y salidas, se encuentran observando las vías la pareja formada por Luis y Patri. Zaragozanos, han aprovechado los precios de la temporada baja de Córdoba para pasar un par de calurosas noches, antes de hacer lo propio con Sevilla y, más tarde, el Puerto de Santa María: «Para venir aquí no, pero en casa llegamos a hablar sobre la posibilidad de movernos en autobús por Andalucía, porque las distancias son cortas».
Al final, por comodidad en las reservas y transbordos, se decantaron por el tren. «Según lo que pase ya veremos la próxima vez», dicen entre risas. Por último, un grupo de jóvenes cordobesas, Paqui, Trini, María y Rocío, se dirigen a Málaga capital, donde estarán hasta el domingo en un piso turístico.
«La gente va a empezar a coger los trenes con mucha antelación en sus horarios», dice un viajero sobre los problemas
Una de ellas sufrió un retraso, sin más problemas, de unos quince minutos hace unos meses en un AVE a Madrid. «Esperemos que todo vaya bien, porque hemos quedado allí con compañeros de la carrera y nos tiene que dar tiempo a dejar las cosas e ir al sitio donde almorzaremos», dicen sobre sus planes. Hasta hace poco se daba por hecho que todo el mundo llegaría a tiempo al lugar.
La confianza plena en la puntualidad del tren ha dejado paso a una planificación que ya empieza a contar con un margen extra, a revisar horarios con recelo y a contar con un «por si acaso» que antes parecía innecesario ante la fama de puntualidad de los trenes de alta velocidad.
Pese a ello, estaciones como la de Córdoba siguen siendo punto de partida para ilusiones estivales, reencuentros familiares o sencillas escapadas. Entre el calor y el supuesto sosiego, se intuye un cambio de actitud en los viajeros: ahora, junto al billete y la maleta, cargan también con la duda.
Y aunque muchos aún sonríen, se impone la idea de que coger un tren ya no es solo cuestión de horarios, sino también de suerte y de que no haya ningún problema que lleve a un gran retraso o, peor, a permanecer en un tren durante varias horas sin respuestas ni horizonte.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete