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Urbanismo encalla en el primer cambio exprés del plan del Casco: el nuevo hotel de la sede de Prasa en Córdoba

Lleva más de dos años de gestión con la carpeta abierta cuando fue de los primeros expedientes en abrirse con los nuevos plazos urgentes

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Antigua sede de Prasa Rafa Alcaide

Rafael Ruiz

Córdoba

El que iba a ser el primer expediente exprés de la Gerencia de Urbanismo ha quedado encallado por el desesperante problema de plazos que excede, con mucho, al servicio de Licencias y afecta prácticamente a todos los departamentos del organismo municipal. La medida se ... tomó en julio de 2020 y, desde entonces, ha iniciado un largo trámite que no debía haber sido tal, según todas las previsiones.

El expediente se realizó a instancias de Inversiones Rosmarino, la patrimonial de la familia Romero, que operó durante décadas bajo la marca Prasa, uno de los gigantes de la construcción. El Ayuntamiento decidió hace unos veinte años limitar los hoteles de gran formato (a partir de 20 habitaciones) en las calles preferentemente peatonales ya que deben de disponer obligatoriamente de una reserva de aparcamiento, que no tiene que estar en la misma parcela catastral.

La antigua sede de Prasa ocupa un lugar preferente en este sentido, en la esquina entre Gondomar y el Bulevar del Gran Capitán. La propiedad se dirigió al Ayuntamiento de Córdoba con una propuesta para convertir las antiguas instalaciones corporativas de la empresa en un hotel de gama alta, una idea que chocaba de forma abrupta con el Plan del Casco, que alcanza hasta el límite de la Ronda de los Tejares.

Durante la anterior corporación municipal, los funcionarios de la Gerencia de Urbanismo ya recibieron una propuesta en este sentido. Un despacho de arquitectura de la ciudad realizó un texto de propuesta teniendo en cuenta que la situación de hoteles de cuatro o cinco estrellas en zonas peatonales no eran una cuestión exclusiva de la esquina de Prasa. Había edificios de la ciudad con capacidad para crear este tipo de negocios que se estaban quedando fuera.

Sucedía también que por razones puramente técnicas había edificios ubicados en zonas de uso peatonal que no tenían ningún problema. Es el caso, entre otros, del hotel de la cadena H10 en la casa Colomera y su ampliación. A pesar de que no hay diferencias sustanciales de ubicación, ese negocio sí pudo abrir mientras que la esquina de Gondomar y el Bulevar ni siquiera se lo podía plantear. En la anterior corporación, Urbanismo se negó a alterar el Plan del Casco por esta razón. En la presente, el teniente de alcalde de Urbanismo, escuchados los argumentos técnicos, sí decidió poner en marcha el expediente.

Documentos

Los primeros documentos salieron del despacho de arquitectura contratado por Rosmarino que puso por escrito argumentos técnicos sobre la materia. Básicamente, que este tipo de hoteles de muchas estrellas no generan un tráfico tan relevante como para echarse las manos a la cabeza teniendo en cuenta que a un bloque de viviendas en una calle de esas características sí se le permite tener un sótano de varias plantas para cocheras.

El asunto pasó por el consejo rector de la Gerencia de Urbanismo, como se ha dicho, en julio de 2020. Y lo hizo con una particularidad. Fue de los primeros expedientes de esta naturaleza que se planteó con el nuevo margen de tiempos establecido por la legislación autonómica. Una de las medidas de la primera legislatura del PP en la Junta fue aprobar sucesivos decretos que acortan el tiempo de espera para el promotor de una iniciativa empresarial.

Veto 40 plazas Prohibición

Es el actual tope para instalar hoteles o negocios de alojamiento en calles preferentemente peatonales.

Este cambio del Plan del Casco, que afecta exclusivamente a un artículo (el 102) y no tiene repercusiones sobre el callejero, el caserío o un edificio protegido, tenía quince días de información pública (que empezó a contar en febrero de 2021), mes y medio para la emisión del informe de la Consejería de Cultura y otros quince días para el informe preceptivo de la Consejería de Fomento. Se trata de unos plazos que eran desconocidos hasta la fecha. La no emisión de informes de estas características o su entrada fuera de plazo implica que se consideran positivos.

Sí constan en este caso la presentación de alegaciones del Consejo de Distrito Centro y de asociaciones como Regina Magdalena que entendían que aprobar tal cual el procedimiento implicaba restar espacio disponible a viviendas para convertirlo en hoteles, un problema que ya existe en el Centro. En este caso particular, es una alegación bastante sencilla de responder: el edificio de Prasa no contiene ni una sola vivienda y se cuentan con los dedos de una mano los vecinos que viven en calles como Gondomar, Concepción o el Bulevar que llevan décadas terciarizadas. Las alegaciones se presentaron en febrero de 2021. Por razones no explicadas, siguen sin contestarse en octubre de 2022.

Inversiones Rosmarino sigue intentando que se le permita tramitar la licencia del futuro hotel. El cambio del Plan del Casco Histórico es, probablemente, el trámite menor al que tendrá que enfrentarse el proyecto porque, si ese visto bueno, no es posible siquiera pedir licencia. Queda, aseguran fuentes del procedimiento, que se contesten las alegaciones presentadas.

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