La plataforma logística privada de Córdoba quiere estar en obras en 2024

La realidad es que el proyecto no es aún una realidad pero su responsable, Francisco Yélamo, reconoce que es «un descanso» poder aprobar la innovación que ahora se queda en manos de la Junta de Andalucía para que le ponga el sello de definitivo. Sin embargo, las máquinas están lejos de poder entrar en un proyecto que se considera estratégico y que se ha considerado como tal tanto en la Gerencia de Urbanismo como en el Gobierno andaluz. Implica la primera vez que en Córdoba el dinero para suelo logístico procede de un inversor privado.

La empresa asegura tener un calendario ideal en el caso de que las cosas administrativas que restan vayan bien. Consistiría en comenzar las obras en el primer trimestre de 2024 con el objetivo de tener los movimientos de tierras de la zona y los servicios conectados en seis meses, un plazo muy corto de tiempo. Este tipo de parques empresariales cuentan con una urbanización muy somera porque es el reparto definitivo de parcelas lo que tiene un mayor impacto. Y eso se lleva a cabo durante el proceso de edificación de cada uno de los complejos logísticos.

Antes de que entre la primera piedra en El Álamo, se tienen que producir algunas cosas. La innovación del PGOU tiene que convertirse en definitiva. Se tiene que tramitar y aprobar un plan parcial, la reparcelación del suelo (toda la finca es de un solo propietario lo que facilita las cosas) y la aprobación del proyecto de urbanización. Con posterioridad, llega el trámite de licencia de obras que pide cada uno de los agentes que vaya a construir en la zona.

Los contactos realizados tanto como el teniente de alcalde de Urbanismo, Salvador Fuentes, como con la consejera de Fomento, Marifrán Carazo, pasan por dotar de la agilidad administrativa al proyecto al nivel de los suelos de la Base Logística del Ejército de Tierra. La empresa puede ser de los primeros beneficiarios reales del recorte de plazos que ha establecido la Junta en la legislación sobre suelo.

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Rafael Ruiz

Aportará parcelas de hasta 50.000 metros cuadrados en la zona del Álamo con la posibilidad de ampliarse a ambos lados de la A-4

La aspiración de los operadores es que todo ese proceso secundario se pueda hacer en un año, lo que sería verdaderamente prodigioso para los tiempos que se manejan en el ámbito urbanístico. Yélamo explica que la parte que queda por desarrollar ya tiene un ámbito reglado de actuación frente a la innovación donde la Administración cuenta con un margen de criterio bastante más amplio.

En las condiciones en las que se encuentra el proyecto, explican en la empresa, es imposible cerrar contratos que permitan conocer a los operadores con interés en implantarse junto a los depósitos de la antigua Campsa. Hasta el momento, se ha realizado un trabajo minucioso para presentar el proyecto a operadores finales (en la jerga: utilizadores) como los auténticos promotores de edificios logísticos que suelen ser fondos de inversión y vehículos similares. En la logística, las empresas suelen estar alquiladas a fondos que son los que, formalmente, llevan a cabo la obra.

El plan Prourban El Álamo aporta 240.000 metros cuadrados de suelo neto que tienen una particularidad que los hace especiales. Cada parcela podrá tener 50.000 metros cuadrados o más. El planteamiento general de la innovación asegura que se crearán cinco propiedades diferenciadas pero incluso eso se encuentra en manos del mercado. La plataforma logística que se encuentra en la vertiente norte de la A-4 (junto a la planta de Polímeros) y el acceso se realiza mediante una adaptación de la carretera vecinal ya existente.

Una de las cuestiones menos conocidas de este plan urbanístico es vuelve a sacar a bailar la gran finca del Álamo, el cortijo que se encuentra al Sur de la Autovía de Andalucía. Tiene cerca de un millón de metros cuadrados y es propiedad de una empresa gallega que, cuando se impulsó la operción, tenía la denominación de Vialmar. El Corte Inglés llegó a reservar 150.000 metros cuadrados de suelo para un gran centro logístico que se canceló por la crisis. El proyecto de esa finca ha vuelto a ponerse sobre la mesa en varias ocasiones y la aspiración municipal es que la Base Logística sea un elemento tractor también en este caso.