Sucesos
Tragedia en Cerro Muriano: «El cabo Jiménez estaba siempre volcado con los demás»
Miguel Ángel Jiménez, de 34 años, vivía con pasión su profesión, a la que accedió hace 12 años; experimentado, solidario y un «chico muy normal»
Defensa confirma la «muerte ahogados» de los dos militares en un «accidente» durante unas maniobras en un lago en Córdoba
Un soldado custodia el acceso al campo de tiro y maniobras de Cerro Muriano este jueves
«El cabo Jiménez estaba siempre volcado hacia los demás». Quien así define al cabo Miguel Ángel Jiménez, uno de los dos militares fallecidos en unas maniobras en la Base de Cerro Muriano este jueves, es el alcalde de Adamuz, su verdadera ... localidad natal. Sí residía en Villafranca de Córdoba, a escasos diez minutos.
Rafael Moreno es el alcalde de este pequeño pueblo de Sierra Morena, apenas tres años mayor que Miguel Ángel, cabo desde hacía cuatro años y experimentado militar con dos distintivos por su participación en las misiones internacionales de Líbano y Letonia con la Brigada Guzmán El Bueno X de Córdoba.
Esa solidaridad era una constante en la vida de Miguel Ángel Jiménez Andújar, de 34 años, que no dudó este jueves en lanzarse al rescate de los soldados que empezaron a tener problemas en el ejercicio acuático del lago y tras el que desapareció el sevillano Carlos Léon, de 24 años, finalmente fallecido. Otros sufrieron episodios de hipotermia.
El cabo Jiménez era experimentado, vivía con pasión su profesión (también uno de sus 'hobbies': los perros), de hecho, pese a su juventud, habían pasado doce años desde su ingreso en el Ejército de Tierra. Fue destinado al Regimiento de Infantería 'La Reina 2' y en 2019 ascendió a cabo. Este jueves participaba en las maniobras que desplegaban varias secciones por el vasto campo de Cerro Muriano-Obejo.
Estudió en el IES Antonio Galán de Montoro, la localidad referencia para su municipio y otros que conforman la comarca del Alto Guadalquivir. «Era un chico normal, de una familia trabajadora y querida en Adamuz, en la que no había otro antecedente militar. Venía a verlos con frecuencia por la cercanía con Villafranca. Están destrozados», argumenta el regidor con cierta emoción en el tono de su voz.
Miguel Ángel se casó en Villafranca en agosto de 2018. Llevaba dos años empadronado en la localidad del perímetro metropolitano de Córdoba capital. Su esposa es de Montoro y habían decidido afincarse ahí, donde ella trabaja. No tenían hijos. Una práctica habitual en otros militares que trabajan en Cerro Muriano: buscar una pequeña localidad a unos 20 minutos en coche y conexión directa por carretera, con buenas condiciones de vida y precios más asequibles.
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