DEPENDE...
Ajustes... de cuentas
La actitud del PSOE y la ministra de Hacienda es la de Andalucía es mía y si pierdo el partido cojo el balón y me lo llevo
La ministra de Hacienda y anterior consejera en la Junta de Andalucía, María Jesús Montero
La actitud de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero , con Andalucía, sin duda autorizada por el presidente en funciones, demandando la aplicación de plan de ajuste evoca episodios de la infancia. Recuerda a aquel niño que, ufano y vanidoso, llegaba ... al colegio a principios de enero con un reluciente balón de reglamento regalado por los Reyes Magos y organizaba en el patio un partido contra el equipo del curso inferior y, transcurridos diez minutos, y con un tres cero en contra cogía el balón bajo el brazo y suspendía el partido enfadado incapaz de aceptar la derrota. El PSOE andaluz tiene un razonamiento tan poco sofisticado como ese: Andalucía es mía, y si pierdo el partido cojo el balón y me lo llevo.
Entre creer a Juanma Moreno y a Susana Díaz , siempre daría por cierto lo afirmado por aquel; de dudar entre lo que dice Juan Bravo y lo que afirma la antigua consejera de Hacienda, hoy ariete del gobierno central en funciones contra Andalucía, siempre tendería a creerme al primero; si hay una contradicción entre lo que explica José Antonio Nieto , más que eficaz portavoz parlamentario popular y lo que sin sonrojo pretenden colarnos desde los escaños socialistas jamás creería que éstos pudiesen llevar razón. Los socialistas, o más bien algunos de sus dirigentes, han demostrado una y otra vez que su interés no es Andalucía y el bienestar de quienes aquí vivimos sino, casi en exclusiva, la obtención y el uso y disfrute del poder sin límites, y más allá de filias y fobias políticas resulta indudable que su pretensión de aplicar un plan de ajuste no tiene más objetivo que dinamitar las políticas diseñadas por el gobierno actual, legítimos gobernantes y no, como el PSOE tiene interiorizado, transitorios okupas de su propiedad.
No tengo ninguna duda de que la decisión obedece en exclusiva a una deliberada voluntad de torpedear el indudable avance producido en el último año y de obligar a revertir una política fiscal de bajada de impuestos y de incentivo a la actividad y al ahorro. Pero admitamos como hipótesis que Montero y su corte llevan una mínima razón y que resulta inevitable la aplicación de medidas de ajuste adicionales como consecuencia, digámoslo claro, de su nefasta gestión. Pese a que el modélico presupuesto ya aprobado en el Parlamento conjuga el equilibrio presupuestario y el más intenso gasto social jamás plasmado en unos presupuestos andaluces, supongamos que hay que afrontar el ajuste «adicional»: ¿pedirá perdón Susana Díaz por la gestión que provoca tales medidas?, ¿reconocerá la ministra Montero sus culpas?, ¿se harán oír podemitas y comunistas o preferirán no arriesgar sus cargos en Madrid? Y, en fin, ¿dimitirá alguien? Me temo que a todas las preguntas se responde con un estruendoso NO. Hay ajustes de cuentas contables y otros matones: éste parece de los segundos.
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