Los movidos años de la Misericordia entre la Magdalena y San Pedro en Córdoba

El cofrade de la Misericordia y escritor Antonio Varo recuerda para ABC esos «años complicados desde 1937 hasta 1956», en que se cierra definitivamente la iglesia de la Magdalena por estado de ruina y derrumbre inminente.

La historia es conocida: el joven Francisco Melguizo impulsó el nacimiento de una hermandad en torno a un Crucificado que se veneraba en el sagrario de la Magdalena, y al que dio la advocación de Cristo de la Misericordia. Y en los primeros estatutos ya figuraba como sede San Pedro.

La hermandad se funda justo un mes antes de la Semana Santa de 1937 y, con la Magdalena cerrada al culto, sale de San Pedro hasta 1943. El primer año, el Cristo se llevó a San Pedro y nada más terminar la Semana Santa , se devolvió a la Magdalena, con un traslado, y recuperó su lugar en el sagrario, donde había tenido la advocación de Cristo de la Salud.

Para la cofradía suponía un ingente esfuerzo para conjuntar las condiciones meteorológicas y la meticulosa programación. «Necesitaban muchas más horas de preparativos , por lo que en 1956 ni siquiera salieron» por el mal tiempo. Los mayores siempre recordaban el «trasiego constante». Y en los primeros años para los traslados precisaban el permiso del gobernador civil y la Policía Armada como escolta.

Entre 1938 y 1943, el Cristo partía unos días antes de la Cuaresma a San Pedro y ya el quinario se desarrollaba allí por su mayor aforo. No sólo se llenaba, sino que era preciso alquilar sillas, focos y megafonía para quien los seguía desde la calle, según consta en cartas y facturas que conservan en el archivo . Pero el paso se montaba justo fuera del cancel de San Pedro y otros años, directamente en la calle. Y ya después de la Semana Santa retornaba a la Magdalena.

De todos estos avisos el fundador y primer hermano mayor, Francisco Melguizo, daba buena cuenta en los medios de comunicación de la época, el periódico y la radio, para informar a los devotos unos días antes.

En 1941 se vieron obligados a deshacer el altar de cultos de San Pedro para resituarlo en sólo 24 horas en San Pablo por unos problemas de conservación en la actual basílica. En 1942 el Señor no regresó a la Magdalena hasta el verano. Fue un miércoles en el que Melguizo instituyó un rezo que hoy, en pleno siglo XXI, conservan con mimo para mantener la vida de hermandad más allá de Cuaresma y Semana Santa.

A partir de 1943, cuando estrena el paso nuevo de mayor tamaño, la hermandad construye una nave-cocherón junto al ábside de la Magdalena. Es el momento en que la corporación empieza a salir del lugar en que se venera a su Cristo. En 1944 la procesión sale de allí, aunque San Pedro sigue empleándose para los cultos al Crucificado: el quinario y el besapiés de Domingo de Pasión. Esa sería la tónica hasta 1949.

La incorporación, en 1950, de la Virgen de las Lágrimas en su Desamparo , una antigua Dolorosa que se veneraba también en la Magdalena, complica un poco más la intendencia. Se acuerda preparar un cobertizo para los pasos en la plaza de Aguayos , que en caso de lluvia era muy precario e inseguro, y los nazarenos salían del interior de San Pedro.

En 1951 vuelven a la Magdalena. La procesión salió del cocherón y el Cristo, de una falsa calleja entre dos casas. Este lugar era el favorito de mucha gente para dejarse retratar por un fotógrafo profesional. No faltan en el archivo de la cofradía instantáneas de la década de los 50 con mujeres vestidas con túnicas de nazarena , algo que aún estaba prohibido, haciendo promesa pero sin ir alineadas en el cortejo.

Hasta 1957 la cofradía no volvió a salir de San Pedro. En 1956 la Misericordia debió haber salido por última vez de la Magdalena, pero la lluvia lo impidió. Para la vieja iglesia comenzó un eterno periodo de cierre que sólo terminó de forma trágica con el incendio de 1990.

La Misericordia se estableció en San Pedro con sus dos imágenes y allí hizo una obra para agrandar el cancel y permitir la entrada de los dos pasos de 1957 en adelante. Hasta 1986 la vivió la ansiada normalidad en San Pedro, pero el cierre por obras en este templo fernandino durante 12 años les volvió a obligar a buscar cobijo en otro lugar, el convento de Santa Marta , y la Santa Iglesia Catedral para las estaciones de penitencia.

El Viernes de Dolores de 2012, en su Vía Crucis , el Cristo de la Misericordia volvió a entrar en la iglesia de la Magdalena, para entonces restaurada pero desacralizada. Ese año se cumplían tres cuartos de siglo del nacimiento de su hermandad.