La música clásica se expande por Córdoba y hacia su exterior

En total, más de 6.500 personas pasaron por este ciclo de conciertos que ha reunido a grandes formaciones y artistas internacionales, nacionales y cordobeses. Casi siempre se saldaron con llenos.

El director artístico de este festival es el catedrático de Piano Juan Miguel Moreno Calderón, promotor de otros eventos de éxito como el Festival de Piano Rafael Orozco y patrono de la Orquesta entre otros desempeños. Una persona clave en la bonanza que vive la música clásica cordobesa y quizá -por su condición de músico, melómano, profesor y gestor del área de Cultura- el más capacitado para radiografiar la situación.

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Según explica, la estrecha relación de Córdoba con la música clásica es histórica, y de ahí que exista «una gran afición, que en ocasiones no se ha valorado del modo que merecía».

Moreno Calderón cree que uno de los elementos fundamentales ha sido la labor de los dos conservatorios con los que cuenta la ciudad. «Viven un momento de gran dinamismo y eso ha permitido asentar una cantera y que muchos músicos jóvenes se integren en nuevas formaciones», agrega.

Otro de los elementos esenciales para crear esa afición ha sido la Orquesta de Córdoba, que camina hacia su 35 aniversario en una nueva etapa con cambio reciente de dirección y gerencia.

También la importante red de festivales que ha creado el Ayuntamiento durante las últimas décadas. «Tenemos un festival de música antigua, otro de contemporánea y el festival de Piano Rafael Orozco, al que ahora se suma el Primavera de Córdoba», explica Moreno.

En este caso, considera que lo que se ha hecho «es poner una primera piedra y el objetivo es que pueda convertir con el paso de los años en uno de los mejores festivales de España, algo que se ha logrado con el Rafael Orozco y que también era difícil de imaginar cuando lo pusimos por primera vez en marcha hace 22 años».

Moreno Calderón resalta por último el alto nivel de los artistas profesionales que está generando Córdoba y que han conseguido triunfar en grandes escenarios y festivales. «La música clásica es una de nuestras grandes fortalezas, pero eso quizá no se había visibilizado», concluye.

Uno de los artistas que lleva el nombre de Córdoba por el mundo es el tenor Pablo García-López, que fue el encargado de inaugurar la primera edición del festival Primavera el pasado mes de abril junto al pianista británico Simon Lepper. El cantante explica que la clásica vive en Córdoba «un crecimiento muy bueno y va hacia una situación aún mejor».

Según señala, «la figura de Juan Miguel Moreno ha sido clave a la hora de poner la música en situación de mayor protagonismo en las políticas culturales de la ciudad, algo necesario pues no solo podemos vivir del patrimonio». García-López también subraya que en esta situación han influido los entes musicales locales, como la Orquesta de Córdoba, los coros, el Cuarteto Clásico o los dos conservatorios, en los que hay «una renovación de los equipos directivos».

En su opinión, «todo eso se nota en la ciudad y en el hecho de que el primer Festival Primavera haya tenido repercusión nacional muy potente». El tenor considera que el futuro artístico también está garantizado con una nueva generación que viene apretando fuerte con instrumentistas «como Álvaro Toscano o Rafael Arjona y con compositores como Miguel Linares».

«En los últimos han fallecido grandes artistas cordobeses de la generación mayor como Pedro Lavirgen, Luis Bedmar o Carmen Blanco y ahora una nueva generación está tomando un papel más presente en la ciudad», explica. Como reto, plantea que se mantenga «la constancia en una programación que abarque todo el año y que se siga apostando por traer a Córdoba a grandes músicos internacionales».

La confianza también late por último en las palabras del profesor y violinista Luis Rubén Gallardo, figura fundamental del Cuarteto Clásico de Córdoba, una de las formaciones cordobesas de clásica más exitosas. Sobre el Festival Primavera, explica que «desde el principio nos sentimos privilegiados de ser parte de ese maridaje entre música y patrimonio en plena primavera cordobesa».

El artista recuerda que 25 minutos antes de que comenzase su concierto, que tuvo lugar en el patio del Museo Arqueológico, «había ya una cola de público esperando que daba la vuelta a toda la plaza». En su opinión, una propuesta de este tipo, que fundiese música y patrimonio, «estaba en el subconsciente y estoy seguro de que va tener un alto prestigio cultural si se mantiene esta apuesta».

Gallardo, que apuesta por ser exigentes en la programación con repertorios de altura y que sean puros, explica que «en Córdoba no somos conscientes del prestigio que estamos logrando fuera» y otea un buen futuro pues «hay cada vez más posibilidades, cada vez más público y cada vez más músicos y formaciones que quieren abrirse camino y eso va a seguir empujando a una imagen muy positiva de la ciudad».

Sus palabras emanan optimismo, al igual que la de todas las personas que están protagonizando este auge que por ahora parece no tener fin. Está claro que Córdoba suena a música clásica. Y que, además, cada vez suena mejor.