Veía a otros que eran más antiguos, con más solera, con una arquitectura casi ancestral que hacía crecer su atractivo mucho más. Pero sí, tiene un recinto cuidado, blanco y que en su momento fue patio de vecinos, con una puerta para cada una de las pequeñas viviendas.
Así que él y su esposa, Paqui Pérez, se animaron y acabaron por blanquear, comprar más plantas, que se sumaban a las que ya estaban en el suelo y participar. En este vídeo cuenta su experiencia, pareja aunque distinta de la de Rafael Ruso.
La casa de sus abuelos, en la calle Guzmanas, participó durante más de una década y consiguió premios, pero el trabajo ya era demasiado pesado para ella. Ahora su nieto ha rescatado la idea de volver a abrir un recinto monumental, con chino cordobés y una galería superior muy característica.
Saludos
Allí recibe a los visitantes mientras Manuela Lorente, su abuela, que mira desde arriba lo que sucede y hasta se alegra de que muchos de los visitantes se acuerden de ella, de aquellos años en que abría su patio, y la saluden con mucha alegría.
Es una parte de la esencia de los patios: el contacto entre el visitante y el anfitrión de la casa. Así será en los otros recintos nuevos de esta edición, que están en Custodio, 5, y Montero, 27. La fiesta no deja de florecer en toda la ciudad antigua.
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