Comer en el barrio de San Lorenzo de Córdoba: tabernas y restaurantes para todos los gustos

Turistas, vecinos y gente de paso llenan a diario sus calles. Por ello en el plano gastronómico también goza de muy buena salud, con las propuestas diferentes de bares, tabernas y restaurantes, como se puede comprobar en esta ruta.

A muy pocos metros del templo, en la calle Arroyo de San Lorenzo se alza La Cuchara de San Lorenzo, que este otoño se propone sorprender con platos de cuchara que despiertan recuerdos y emociones, inspirados en los sabores de siempre en un ambiente acogedor.

Su chef, Paco López, que regenta el restaurante junto a su hermano Narciso, realza la cocina tradicional con la innovación y los productos de temporada, por lo que las setas y alcachofas estarán presentes. Haciendo honor a su nombre, ofrecen guisos, como el cocido con col y morcilla, las judías blancas con codornices de la semana pasada, marmitako de atún, y los garbanzos con manitas.

Y más allá de eso todas sus creaciones, reconocidas con un Sol de la Guía Repsol y Bib Gourmand de Michelin: los risottos, las gyozas de carrillada o de pastela de pollo, que se pueden paladear en la terraza y en los salones de la planta baja y la alta. El gusto por los vinos de esta tierra, finos generosos, olorosos, palos cortados, está muy presente.

Muy cerca de este restaurante queda la Taberna Casa Luis, en la misma plaza, con la comida tradicional por bandera. Encarna Pérez, alma del negocio, ha cedido paso a Juan Antonio Díaz y Eva María Serrano en la cocina, y deleitan a sus incondicionales con el pescado frito, los callos guisados con mimo durante largo tiempo, como se han preparado siempre, con tres horas y media de cocción, muy lentamente.

Imprescindible probar las albóndigas de bacalao, la carne con tomate, el menudillo y la carrillada.

Al otro lado de la plaza se encuentra El Pórtico de San Lorenzo, que abrió en marzo de 2023 y se consolida como una taberna de barrio, con una rica variedad en vinos y una cocina que le da protagonismo a los vinos y vinagres de Montilla-Moriles.

 Agustín Berrocal en sala y Francisco Carmona como jefe de cocina son los artífices de esta taberna con alma de restaurante, como la definen. Aires poéticos y pictóricos impregnan la decoración, como los manteles individuales, que rinden homenaje a Julio Romero de Torres, de la mano del artista Raúl Muñoz.

Las croquetas, el salmorejo, la mazamorra, el rabo de toro, el flamenquín y las berenjenas están presentes en la carta. El rabo de toro es al palo cortado. Y como toques innovadores, el risotto de boletus y presa ibérica, el pan bao de rabo de toro o de atún, las gyozas de pato, el bacalao confitado con langostinos y fino de Montilla-Moriles, y los noodles con verdura y abanico ibérico.

Los torreznos de Soria con una base de un puré irlandés y las gambas cristal con huevos fritos y pimientos, el lagarto ibérico y las entrañas de ternera son otras de sus sugerencias. En sus postres, la tarta de queso con queso Payoyo de Cádiz y la leche frita coexisten con las tablas de quesos con Pedro Ximénez.

Muy cerca de él se encuentra Tu Momento, un clásico en la calle Arroyo de San Lorenzo haciendo esquina con la calle Santa María de Gracia. Ana Ortega, su propietaria, destaca que de la cocina casera que elabora gustan mucho las raciones de rabo de toro, la mazamorra, la ensaladilla, el salmorejo, el pulpo a la brasa y a la gallega.

El bacalao frito con pisto, el revuelto de verduras, el codillo de jamón asado se encuentran entre sus platos más conocidos. Las croquetas (de pollo, rabo, bacalao, espinacas y pasas, y gambas) junto con los boquerones aliñados(a los que les llaman 'Jaimitos') y los flamenquines (de pollo, el cordobés y el de rabo de toro) y el timbal de setas no hay que perdérselos.

Así mismo, en la calle María Auxiliadora la Sociedad de Plateros de María Auxiliadora se alza desde el año 1931 en una típica casa cordobesa que mantiene su fisonomía, con el clásico patio lleno de plantas, naranjos y un olivo.

Los arcos con los colores que evocan los de la Mezquita y salones son el entorno de esta taberna histórica (que goza del sello municipal por llevar más de 75 años abierta) en el que saborear la gastronomía más tradicional de Córdoba.

El salmorejo, el rabo de toro, el flamenquín, las alcachofas a la montillana son algunas de sus estrellas, en un menú completamente adaptado para personas celiacas.

Cuenta con bodega propia, con una extensa gama de finos de Montilla-Moriles, olorosos y amontillados en rama y también es despacho de vinos. Manuel Bordallo, su gerente, lidera el equipo, que se desvive por sus clientes, familias y los muchos turistas que van.

Caminando desde ese punto a la plaza de las Beatillas aguarda la taberna Rincón de las Beatillas, propiedad de Antonio Sánchez y Mercedes Villar (Señora de las Tabernas de este año), con comidas tradicionales, asados y carne de monte (como los filetitos de venao con ajitos y el jabalí).

Hay platos del día con guisos. No faltan el rabo de toro, el flamenquín, las ancas de rana y las manitas de cerdo. Gustan mucho también a su clientela las huevas fritas, los calamares y la japuta en adobo.

En el Realejo es emblemática la Taberna Santi, que regenta Santi Pizarro. Abre todos los días desde bien temprano hasta la medianoche y mantiene la cocina operativa todo ese tiempo, por lo que es testigo del trasiego de esta zona.

Desayunos con sus tostadas, como la que lleva jamón, los churros, los ibéricos, tapas, cocina casera y copas constituyen el amplio abanico de oferta de este bar y restaurante.

Entre sus guisos de otoño, callos, carrillada, rabo de toro, carne al Jerez, con tomate. Y en su extensa carta, flamenquín capricho y español, y el 'salmorejo a nuestra manera'. Los revueltos, varios tipos de ensaladas y carnes a la brasa también son fundamentales. En su patio y en dos salas reinan los ibéricos: el jamón, queso, lacón, morcilla calabaza y salchichón Sendra son algunos de ellos.