Córdoba CF | La Primera Federación, en el abismo: estos son los posibles modelos del futuro

La explosión actual de la crisis en la Primera Federación se sintetiza, reduciéndolo a los últimos acontecimientos, a la negativa de los clubes a votar uno de los dos modelos de control económico que se aplicarían a partir de la próxima temporada. Ese posicionamiento provocó un movimiento clave en el organismo del fútbol: designó a Javier Vich, director de Primera RFEF, como director de Segunda RFEF.

Esto ha sido interpretado por muchas partes como un amago inicial de que la Primera Federación pueda desaparecer para volver a crear otra vez la antigua Segunda B con cuatro grupos. Sin embargo, desde los clubes sostienen que «la Federación sólo busca coordinar» las dos divisiones.

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La cuestión es mucho más profunda. Entre los 40 clubes de la división de bronce hay una importante grieta. Hay hasta 18 clubes disidentes, que, tras negarse a votar un control económico, incluso solicitaron, tras la asamblea de hace dos semanas, volver a reunirse con la FEF, una cita a la que ya no acudieron todos los clubes.

La postura principal, con sus matices, de los divergentes a lo que propone la RFEF es el veto a establecer un control. Sin embargo, todos reclaman que la institución garantice los ingresos por televisión que ni uno de esos equipos por sí solos generan. De hecho, sus asistencias físicas a sus partidos como locales están muy por debajo de la media de la división.

Sin masa social, pero con el objetivo de que la mitad (unos 350.000 euros) del presupuesto mínimo para competir (750.000) salga de los ingresos de la FEF por televisión. Y eso que se cargaron ya el partido de los viernes, que aumenta el precio, porque mermaba la asistencia. Eso sí, sin querer someterse al control posterior de sus cuentas. Además, reclaman que se haga una venta central de la publicidad para toda la categoría y se reparta. Amenazan con una mal llamada huelga (sería, en todo caso, un cierre patronal), pero sin el apoyo de más de la mitad de los equipos.

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Esa posición ha entrado en contradicción con la Federación, con la mayoría de los clubes y sobre todos los grandes. Por varios motivos. El organismo está dispuesto a mantener sus importantes ayudas por televisión y otros conceptos a los equipos de la división de bronce, pero si puede supervisar, como pasa en Primera y Segunda, los ingreso y gastos de los clubes para establecer límites según las posibilidades de cada uno, como ya hace la UEFA o LaLiga.

Los clubes grandes, que han tenido que tragar con un reparto de los ingresos por televisión casi a partes iguales, se niegan a que la publicidad sea centralizada. Por varios motivos, ya ven excesivo que la tele se reparta casi en porciones iguales (así fue en el primer año y se ha matizado algo en el segundo) cuando son ellos los únicos prácticamente que generan esos ingresos. En segundo lugar, ya tienen capacidad para atraer acuerdos por sí solos con grandes marcas sin necesidad de centralizarla como pretenden los clubes sin masa social.

Entienden casi de 'competencia desleal' que la Federación (vía tele y/o publicidad) pueda permitir competir casi con los mismos ingresos a clubes con 20.000 ó 15.000 espectadores cada semana que a rivales que apenas generan esos recursos con mil asistentes en sus gradas y que, además, se niegan al control de sus cuentas. De hecho, consideran que, actualmente, y sin las ayudas de la RFEF ya no podrían cubrir sus desorbitados presupuestos ni estarían en esta categoría.

Como consecuencia, varios de los clubes presentes en la última cita plenaria con la Federación reconocen que ésta podría plantearse «una vuelta atrás», lo que aclaran que no significa que sea «una vuelta a los cuatro grupos de Segunda B».

¿Y cuáles son esas opciones? La primera, y que ahora mismo está muy negra por la dura oposición de los 18 disidentes, es que la Primera Federación siga su formato actual en dos grupos de 20, con la Federación buscando un nuevo operador televisivo que garantice trasladar los importantes ingresos actuales a los clubes, pero siempre con un control económico de las cuentas y el destino.

La vuelta atrás podría ir, apuntan por dos vías: los cuatro grupos (aunque casi lo descartan) o volver a que cada club busque su operador y con ayudas mínimas federativas (como con Footters en Segunda B). En ambos, sin control financiero.

Aunque hay un órdago que quizás es el que interesa a los grandes y podría forzar la RFEF este verano si los clubes no aceptan la fiscalización: llevar los requisitos para competir a los topes máximos para buscar que sólo quede un grupo de 20 equipos en la categoría, según apuntan fuentes presentes en la reunión de hace dos semanas .

Sea como fuera, es cierto que la Primera Federación como se conoce ahora está en el abismo. Abocada a un cambio de modelo. La clave es cuál será.

La Primera Federación, en cualquier caso, es una superviviente a las crisis. Su estabilidad se ha visto ya salpicada por diversas tormentas desde su creación. La primera y más grave fue la obligación de expulsar al Extremadura en mitad de la temporada pasada tras incumplir sus compromisos económicos y después de varias incomparecencias.

Luego, afrontó un 'tsunami' con la imposibilidad de Footters, que se hizo con el naming y los derechos de televisión, de pagar lo que se había comprometido. Eso ponía en riesgo la economía de los clubes. La Federación tiró de ahorros para garantizar a todos los equipos su parte del pastel: unos 350.000 euros.

Con todo, el inicio de este año ha sido dramático. Tras cambiar de 'tender' de televisión para entregarlo a 'InSports' TV, cinco clubes ya habían creado una asociación para torpedear desde fuera los acuerdos de la federación con los participantes.

Entre ellos estaba el Dux Internacional de Madrid. Lamentablemente, uno de los impulsores demostró en verano su incapacidad para competir a este nivel. No cumplió con los requisitos para formar una plantilla. La RFEF, con las manos atadas para cumplir los plazos, tuvo que suspender sus dos primeras jornadas hasta completar el proceso de expulsión de los madrileños de la categoría. Segunda en dos años. Subió el Talavera en su lugar. La guerra sucia ha seguido entre bambalinas hasta explotar durante esta semana.