El acuerdo para reabrir los cines de verano de Córdoba exhibe aún dudas

Y los propietarios y el citado emprendedor aseguran que están a la espera del apoyo del Ayuntamiento y que éste es «vital» para la supervivencia de estos recintos culturales, tan íntimamente ligados a la ciudadanía de la capital. ABC recopila en esta información los episodios clave de su situación.

La repentina muerte de Martín Cañuelo en abril de 2023 provocó un fundido a negro en los cines que eran de su propiedad: Delicias, Olimpia y Fuenseca -el Coliseo de San Andrés es de otro propietario pero también lo gestionaba el empresario fallecido-.

Entre sus herederos, fue su sobrino Ángel el que asumió el liderazgo. Se convirtió en el administrador de Esplendor Cinemas SL, empresa de Martín Cañuelo. Mostró su deseo de que estos emblemáticos espacios culturales siguieran funcionando y se dedicó a la reordenación financiera del legado recibido. Esta última labor no se antojaba fácil. De hecho, el colectivo CineCercano -forma parte de la plataforma ciudadana que lucha para que los cines vuelvan a exhibir películas este verano- habló de que Esplendor Cinemas arrastraba deudas.

Un interlocutor del mundo de la cultura cordobesa, que prefirió el anonimato, señaló a ABC que el citado débito «no es millonario pero sí es importante para los herederos. Dificulta la puesta en marcha de los cines». Y recordó que la pandemia -en 2020, sólo estuvo operativo el Fuenseca y en 2021 hubo actividad con restricciones- «hizo que Martín contrajera deudas. Eran gastos y ningún ingreso». Otra persona del mismo ámbito, cuyo nombre también prefiere que no se haga público, indicaba que «la pandemia le pegó un 'palazo' a Martín». «Y él ya tenía los créditos que pidió para comprar los cines y para adquirir las máquinas de proyección», aseguró. «Poner al día las máquinas y los cines todos los años costaba mucho dinero», finalizó.

Estos cines no pudieron abrir el pasado verano. Se acercaba el periodo de exhibición de 2024 y la cuestión volvió al primer plano informativo. Entró en escena el empresario cordobés Javier Gómez, que fue responsable del cine de la Plaza de Toros.

Este emprendedor contactó con Ángel Cañuelo, según explicó en ABC a finales de abril, para ser «su hombre de confianza» en Córdoba -pues reside en Londres- para la puesta en marcha de estos recintos culturales o para que, si los iba a arrendar, «yo fuera el primero al que escucharan». Pero, explicó, no volvió a haber contactos desde marzo.

ABC desveló el 8 de mayo que había conversaciones de los propietarios de los cines con operadores para que pudieran abrirlos este verano. Así lo señalaron a este medio fuentes del gobierno municipal, que, además, se mostraron «optimistas» con que pudieran estar operativos para este estío.

Estos interlocutores indicaron igualmente que el equipo rector de Capitulares estaba en contacto casi permanente con los actuales dueños de estos equipamientos culturales. Y reiteraron la total disposición del Ayuntamiento a «seguir apoyando la actividad» de los cines de verano.

Sólo un día después, el 9 de mayo, el alcalde, el popular José María Bellido, confirmó en el Pleno las conversaciones entre privados para que estos espacios culturales retomaran la actividad este estío -«Los herederos tienen conversaciones bastante avanzadas con empresarios»-.

El regidor expuso, además, la existencia de un plan b municipal, por si el diálogo entre particulares no tuviera un 'happy end'. El Ayuntamiento había hecho llegar a la Filmoteca, perteneciente a la Junta, una propuesta de convenio para poder abrir alguno de estos cines este verano.

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En ese mismo Pleno, Hacemos Córdoba planteó al regidor que se «considere la compra» de estos recintos por parte del Ayuntamiento. No hubo contestación al respecto de Bellido. Aunque esa misma solicitud la hizo en el Pleno de abril el PSOE y el alcalde fue muy claro: esa adquisición no entra en los planes del Consistorio. El primer edil reiteró el apoyo de Capitulares para el mantenimiento de su actividad.

Nuevos protagonistas se han sumado al guion en las últimas horas. En la noche de este jueves, se conocía que un empresario cordobés -dedicado a la hostelería y a la importación, pero ajeno al mundo del cine-, Antonio Amil, había movido ficha para recuperar esta oferta de ocio y cultural en la capital. Éste, en declaraciones a ABC, indicó que «existe un preacuerdo firmado» con los herederos de Martín Cañuelo.

Ahora bien, puntualizó que «aún hay que esperar». De hecho, indicó que «estamos aún con trámites» y aseguró que «no puedo detallar todavía cuántos cines se abrirían». Sí dejó claro que la operación no incluye al Coliseo de San Andrés, que no era de Martín Cañuelo, pero sí lo gestionaba. Según interlocutores del mundo de la cultura consultados por ABC, el diálogo entre este empresario y Ángel Cañuelo tiene como primer objetivo que vuelva a funcionar el Fuenseca.

Estas mismas fuentes indicaron que los herederos tenían sobre la mesa dos propuestas: una es la del citado emprendedor del mundo la hostelería y la importación y otra de un empresario vinculado al mundo del cine. Pero los propietarios se decantaron por la primera. Ángel Cañuelo emitió un comunicado confirmando la operación en el que advertía de que «seguimos a la espera de recibir el apoyo del Ayuntamiento» y lo calificaban de «vital» para la supervivencia de estos equipamientos culturales.

Fuentes del gobierno municipal indicaron ayer a ABC que «una vez esté firmado el acuerdo y se ponga en marcha, el Ayuntamiento está dispuesto a colaborar en los cines de verano como ha hecho siempre».

Si se repasa la documentación municipal, se observa que para 2022 hubo un contrato de alquiler, de un año de vigencia, de Capitulares con Esplendor Cinemas por importe de 62.013 euros para desarrollar actividades (exposiciones o espectáculos de música) en estos recintos fuera del periodo de estío. Para 2023, hubo una nueva vinculación de arrendamiento, válida por otros 365 días, por la cantidad de 49.610 euros. La citada vinculación se extinguió el 31 de diciembre de 2023, recordaron ayer desde Capitulares, «porque no se pudo renovar por la situación de cambio de titularidad» de la compañía propietaria de estos cines.

Eso sí, en el plan anual de contratación del Consistorio del presente ejercicio aparece con un valor estimado de 45.000 euros una partida para «arrendamiento» de cines de verano. La duración sería de 24 meses.

Mientras tanto en la recámara se encuentra el plan b municipal. La propuesta de convenio tiene un cartel en el que aparecen como protagonistas el Ayuntamiento, la Filmoteca y Esplendor Cinemas SL.

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La sinopsis de la propuesta municipal es que la empresa dueña de los cines tendría que aportar el Fuenseca, con sus sillas, veladores y equipo de proyección y sonido, para que abriera del 1 de julio al 15 de septiembre. El Consistorio se comprometería a aportar 20.000 euros para las necesidades «derivadas de los servicios de apertura, acomodadores, limpieza y mantenimiento en condiciones de uso» del citado cine. Por último, la Filmoteca tendría que definir el programa de películas a proyectar; «atender las necesidades técnicas y de personal que precise la proyección diaria de películas» y realizar el servicio de entradas y taquilla, correspondiendo la recaudación a este ente de la Junta.

Pero la red que intenta poner Capitulares para que, si el acuerdo entre privados no llegara a buen puerto, la ciudad no se precipite a un segundo verano sin proyecciones se antoja complicada de montar. Interlocutores consultados por ABC en la Junta señalaron que «estamos estudiando la propuesta de convenio». Indicaron que se remitió de Córdoba a Sevilla, porque un acuerdo de este tipo sería competencia del Instituto Andaluz del Cine, dependiente de Cultura.

«Es que lo que nos propone el Ayuntamiento es muy difícil de realizar. Por ejemplo, lo de cobrar una entrada lo podemos hacer en la Filmoteca; no en un espacio privado. Y el proyeccionista de la Filmoteca no puede ir todos los días a hacer eso fuera de nuestra institución pública», reflexionaron. Consultados de nuevo interlocutores del mundo de la cultura, expresaron a ABC que es «complicado» que la realidad pública de la Filmoteca pueda servir para gestionar un espacio privado.