Salud

(Vídeo) Acompañar a la madre en el nacimiento por cesárea ya es posible en el hospital San Juan de Dios en Córdoba

El centro pone en marcha la cesárea 'provínculo' en que el padre o cualquier familiar pasan al quirófano

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Congreso de la Sociedad Española de Ginecología en Córdoba Rafael Carmona

La escena del padre que espera nervioso en el pasillo el nacimiento de su hijo quedó desterrada para los partos naturales. Los hombres podían acompañar en el trance, pero no pasaba así en las intervenciones de cesárea. En el quirófano sólo se ... admitía a la paciente y a los profesionales. Era una operación más compleja.

Eso ya ha comenzado a cambiar en muchos lugares, y en concreto en el hospital San Juan de Dios de Córdoba. Allí se practica ya la césar 'provínculo', en la que se permite la presencia del padre de la criatura, de la pareja de la madre o de cualquier otro familiar.

El ginecólogo José Alcolea, facultativo de San Juan de Dios, que este miércoles lo ha expuesto en el 37 Congreso de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) que se celebran en el Centro de Exposiciones, Ferias y Congresos de Córdoba, con casi 2.000 profesionales.

La presencia del acompañante es sólo para cesáreas programadas, que se han decidido así unos días antes entre los médicos y la mujer por ser aconsejable debido a las circunstancias. Es decir, acude al hospital sabiendo que el bebé va a nacer de esta forma. No se hará en cesáreas donde sangrado o riesgo para la vida de alguno de los dos.

«Suele ser el padre, pero puede ser cualquier familiar, y están todo el tiempo juntos. Entran al quirófano, permanece allí y sigue hasta la reanimación», afirmó José Alcolea. Como ya ocurre en los partos naturales, en que los padres siempre están presentes.

Vivencia

La cesárea no cambia la técnica quirúrgica, pero sí «la vivencia personal de la madre», que antes tenía que afrontar el trance sólo con el equipo médico y ahora puede tener a alguien querido. No necesita formación y apenas tendrá que acompañar a la madre en el proceso.

«No todo el mundo opta, pero la inmensa mayoría sí», reveló el ginecólogo, que insistió en que el nombre 'provínculo' alude precisamente a que se mantiene en todo momento la unión entre la madre y el hijo. El acompañante queda a la cabeza de la madre, detrás de un gran telón que la separa de la zona en que se lleva a cabo la cirugía.

Nada más nacer, como se relata en el vídeo elaborado por el hospital, la criatura queda en el regazo de su madre, piel con piel, ya que es algo fundamental en esos primeros minutos de vida. Ahí puede comenzar, si quiere, con el proceso de la lactancia, crucial en las siguientes semanas.

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