En nuestro hogar hay muchos objetos que tienen fecha de caducidad. Esponjas, fregonas, cepillos de dientes e incluso el estropajo deben cambiarse de forma frecuente para evitar que se acumulen bacterias y hongos y necesitan un proceso de limpieza y renovación permanentes.
Después ... de cada sesión de limpieza se deben eliminar los restos de suciedad y alimentos de estos utensilios, y dejarlos en remojo con un 10% de lejía durante cinco minutos, aunque esto a veces no es suficiente. Según un estudio alemán, publicado en Scientific Reports, la gran mayoría de los métodos domésticos que usamos para 'desinfectar' las esponjas de cocina no siempre eliminan las bacterias o patógenos dañinos acumulados.
Pero a veces intentamos alargar tanto la vida útil de estos que la proliferación de sustancias no deseadas es bastante grande: tras una semana pueden acumular hasta 10.000 bacterias por centímetro cúbico.
Los expertos recomiendan cambiar el estropajo cada 10 días como máximo para evitar que aparezcan amigos indeseados como la Moraxella osloensis, la bacteria responsable del mal olor. Este utensilio al estar húmedo y a temperatura ambiente o en un entorno de calor o con restos de alimentos, hacen que sea el caldo de cultivo perfecto para la proliferación de los microorganismos. Por ello, es importante la ventilación tras su uso y quitar toda la humedad posible en una zona de la cocina.
Un estudio realizado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) en 2019 reveló que el 96% de los estropajos analizados tenían un grado de higiene deficiente, y que en 9 de cada 10 bayetas que pensamos que están impecables, quedan bacterias. En este sentido, hay que prestar verdadera atención a cuándo desechar los estropajos para evitar riesgos innecesarios.
Artículo solo para suscriptores
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete