Pinchazos, seguimientos y el bar de siempre

Pero ahí no acaba la cosa. El local, situado en la sevillana Avenida de Cádiz, está en las inmediaciones de los tribunales sevillanos , a escasos metros de la Audiencia de Sevilla y de los juzgados de instrucción. Y es también el elegido por numerosos jueces y fiscales para tomar su café de media mañana.

Pues bien, a unos metros de sus señorías y casi en las narices de la juez Mercedes Alaya o el juez Juan Jesús García Vélez , los imputados de las facturas falsas hablaban de sus tejemanejes, según recoge el sumario. Los atestados transcriben algunas de esas conversaciones pinchadas al extesorero de UGT, Federico Fresneda , hablando con otras personas y manteniendo «reuniones que les permitieran mantener ocultas cualquier tipo de pruebas a la acción de la justicia».

Y en esas conversaciones comentaban abiertamente la dimisión del entonces secretario de UGT-A, Francisco Fernández, pero también a veces dejaban entrever el miedo que tenían, probablemente a que ocurriera lo que ya ha ocurrido . «No hay nada contra ti, cuando pase ya contestaremos . Lo único que podemos hacer ahora es esperar», decían.

Claro que en otro momento, según el atestado, uno de los interlocutores advertía a Fresneda: «por teléfono no». O «oye, oye, ten cuidadito con lo que hablas» . Y en otro instante de la conversación, el propio extesorero y su compañero mostraban una actitud «recelosa y vigilante observando en todo momento su entorno cercano» . El remate es una frase que los delata. Cuando le pregunta: «¿pero por lo nuestro o por lo de los ERE?» . No es de extrañar que la UCO diga que ambos casos están íntimamente relacionados . ¿No creen?