Sánchez «vende» recuperación para eludir la pandemia

La Moncloa ha diseñado una estrategia de exposición para el presidente en los últimos meses radicalmente distinta a la desarrollada durante la primera ola de la pandemia. Entre marzo y junio, si bien es cierto que de forma decreciente, se consideró imprescindible y necesaria la presencia del presidente del Gobierno de forma reiterada. Tanto en declaraciones institucionales, como en ruedas de prensa telemáticas así como en el parlamento cada dos semanas para defender las prórrogas del estado de alarma.

Una presencia masiva que fue objeto de crítica política , por excesiva, y porque en muchos casos le otorgaban un altavoz del que ningún otro líder político disponía para dirigirse a la población. Pero ya en ese momento empezó a desprenderse una estrategia en la que se reservaban para el presidente el anuncio de las buenas noticias. Incluso cuando éstas estaban todavía en fase de discusión, como cuando anunció las primeras medidas que permitían los paseos de los niños. Y cuando fue el encargado de anunciar la reanudación de la Liga de fútbol. Si bien, entonces, Sánchez también asumía las malas.

Esta estrategia se fue acentuando a partir del verano, en consonancia con la decisión política del Gobierno de descentralizar la gestión de la pandemia en las comunidades autónomas. En el Gobierno central han sido Salvador Illa , y el director del CAES, Fernando Simón , los que han tenido que responder sobre la pandemia ante los medios de comunicación de forma habitual. En el último caso elevado a portavoz oficioso del Ejecutivo sobre la cuestión.

El arranque del curso en septiembre estuvo marcado por el conflicto político con la Comunidad de Madrid. Un choque en el que Sánchez sí se expuso, en un cara a cara con Isabel Díaz Ayuso que en La Moncloa estaban convencidos de que perjudicaba a Pablo Casado.

Pero ya desde el mes de octubre el presidente del Gobierno dio muestras de querer enfocar sus apariciones con un discurso que deja atrás la pandemia y se centra en la recuperación. El día 7 de octubre se organizó en La Moncloa la presentación del «Plan de Transformación, Recuperación y Resiliencia» de la economía española. Un formato que se decidió ir replicando en todas las comunidades autónomas. Bajo este proyecto Sánchez ya ha presentado el plan en la Comunidad Valenciana, Navarra, La Rioja, Cantabria y Aragón. Ninguna Comunidad Autónoma presidida por el PP ha recibido esta gira por el momento.

Un formato amable, en el que el presidente regional hace de telonero del presidente del Gobierno, que en líneas generales repite su discurso. Por supuesto no es un modelo abierto a posteriores preguntas de la prensa. Sánchez pone el rostro amable a este plan, mientras los gobiernos regionales están en abierta disputa con los ministerios de Hacienda y Sanidad.

El 22 de noviembre el presidente anunciaba la estrategia nacional de vacunación, sin más detalles que informar de 13.000 puntos de vacunación en España. Cifra que coincide con el número de centros de salud que hay en el país. Pero en los momentos duros de comienzos de año , cuando la vacunación avanzaba a un ritmo lento, fueron Illa y Simón quienes tuvieron que responder.

Sánchez está refugiado en defender la viabilidad de este plan y, pese a los últimos problemas que están teniendo algunas regiones con las segundas dosis y los casos de vacunaciones irregulares, Sánchez solo se refiere a la vacuna para trasladar un mensaje de optimismo . Hace una semana en el Comité Federal del PSOE aseguró que si el plan sigue su curso podría incluso «superar» la previsión de tener al 70% de la población vacunada en verano.

En los momentos más duros de la tercera ola el presidente del Gobierno ha limitado sus apariciones a mensajes positivos. Su última rueda de prensa fue el 29 de diciembre para presentar un complaciente informe de rendición de cuentas sobre su primer año de mandato. En lo que llevamos de 2021 su agenda ha estado muy marcada por actos sin la réplica de la prensa.

Los últimos días han sido un claro ejemplo: inauguraba la conferencia de embajadores, intervención en el Consejo Ejecutivo de la OMT, un foro sobre fondos europeos, acto con multinacionales o la inauguración de un tramo de AVE. Además de los mítines de la campaña catalana. Alta exposición, pero sin riesgos .