Guerra al yihadismo en el ciberespacio

Además de actuar en los ámbitos interno (sobre focos locales de radicalización) y externo (se prevé incluso el envío de agentes a escenarios de riesgo), el citado Plan prevé que la Secretaría de Estado de Seguridad, a través del Centro Nacional de Coordinación Antiterrorista, dirija la lucha contra el activismo yihadista en la Red. Todo ello en los frentes de la prevención, vigilancia y actuación, proponiendo en este caso el cierre de contenidos terroristas o la detención de sus autores.

El Plan es oportuno porque el proselitismo de los fundamentalistas, su capacidad de reclutar y adoctrinar se extienden, a través de internet, por todo el mundo, también por España, y amenaza su seguridad nacional. A través de las redes sociales se ordena a los musulmanes cometer atentados suicidas, indiscriminados. Y, además, que los hagan en aquellos países de Occidente que los han acogido. Animan a luchar en Siria, Irak o Malí. Enseñan cómo se monta una pistola, la mejor forma de usarla o cómo se fabrica una bomba... Se llama a la «reconquista» de Al Andalus y a la vuelta del Califato. Los casos detectados en la Red no tienen fin.

Así, por ejemplo, el pasado 31 de mayo un fanático difundió en una página de Facebook un amplio comentario en el que expresaba, hasta en nueve ocasiones, la necesidad de cometer «actos de martirio» –se rechazaba expresamente el término «atentado suicida»– para «defender a los musulmanes». Y se daban multitud de «argumentos religiosos», como citas de clérigos radicales y de los líderes ya fallecidos Bin Laden o Al Zarqawi. «Los musulmanes de Oriente y Occidente deben utilizar estos actos de martirio para infligir grandes pérdidas sobre el enemigo. Sobre todo, los musulmanes en los países occidentales están hábilmente colocados para llevar a cabo estos actos de martirio en el interior de sus propios países y aterrorizar a los kuffar (infieles) desde dentro. Tales actos y el mundo verá el resurgimiento del islam, una vez más...».

Pocos meses antes, el 18 de diciembre de 2013, «Abou», un joven de 18 años, adoctrinado en la corriente salafista y natural de Perpiñán, publicó en su perfil de Facebook que había llegado a Siria tres días antes para incorporarse al grupo Jabhat al Nusrah.

El 28 de julio de 2010 irrumpió en un foro islámico un grupo de salafistas con esta entrada: «Instituto de Sharia Islámica de Melilla». En dos años lograron 400 seguidores. Pronto se dieron a conocer por la Red con blog propio, canales de vídeo y perfiles en Facebook y Twitter. En sus comentarios hacían frecuentes alusiones al retorno del Califato, implantación de la sharia en España, exaltación de los muyahidines... Al sentirse vigilados, se apartaron momentáneamente para después regresar como «Movimiento Tawhid España». Pero, debido a su radicalismo, sus perfiles quedaron bloqueados. En mayo de 2011 resurgieron como «Sharia4Spain». Las investigaciones policiales en torno a esta plataforma virtual permitieron a la Policía y a la Guardia Civil detener el 28 de mayo en Melilla a seis individuos y desmantelar con ello una red que enviaba yihadistas al grupo Muyao, en el Sahel.

Es creciente, y sin duda muy alarmante, el caso de jóvenes europeos, también españoles, que se trasladan a Siria o Irak, y a los pocos días, o cuando ya están combatiendo, relatan la experiencia en sus cuentas de Twitter o Facebbok para animar a amigos y compañeros a que se unan también a la yihad.