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«Madina es vasco de escaño y poco más»
El PSE explica su apoyo mayoritario en avales a Pedro Sánchez porque acusan al vizcaíno de «distante» en su propia ‘casa’
itziar reyero
Eduardo Madina (Bilbao, 1976) inició su campaña de recolecta de avales para la Secretaría General del PSOE en la capital de Vizcaya. Su equipo, y el propio candidato, sabían que allí se labraba la tierra más simbólica, la de casa, cuya cosecha apuntaba a ... próspera toda vez que Patxi López -su principal rival hasta el momento- acababa de apearse del tractor socialista.
Pero en la plaza vasca, a priori mejor abonada para él, el eterno joven candidato del socialismo pinchó y sufrió una dolorosa derrota a domicilio ante el madrileño Pedro Sánchez, prácticamente un desconocido por la parroquia del PSE.
En el recuento de firmas previas al congreso socialista de julio, 1.088 avales en el País vasco fueron para Sánchez frente a los 934 cosechados por Madina, que ve cómo el primero le arrebata el cariño de los suyos, a la espera de la votación final del día 13. Un revés que se traduce en claro desprecio en Guipúzcoa, donde el vizcaíno apenas ha recogido 143 firmas frente a los 714 «síes» del madrileño. En Vizcaya y en Álava se impuso, aunque no por mucho.
Pese a sus raíces -dirigió las Juventudes Socialistas de Euskadi entre 2002 y 2005- y el apego sentimental a su condición de superviviente en la lucha contra ETA -la banda quiso arrancarle la vida con una bomba lapa en su coche que le arrebató una pierna-, el liderazgo de Madina no acaba de germinar entre los suyos. Pero, ¿por qué?
Limitada implicación
Las razones varían según a quién se le pregunte dentro del PSE, aunque hay un elemento que citan casi todos y es su limitada implicación con el partido en Euskadi desde que, en 2004, José Luis Rodríguez Zapatero le rescató para la política nacional con un asiento en el Congreso.
«Edu ha hecho carrera en Madrid y no aquí», apuntan desde Vizcaya, pese a que es su circunscripción. A partir de la llamada de Zapatero, cuya herencia política ha reivindicado siempre, el líder de los jóvenes socialistas vascos «empezó a marcar distancias», según sus propios compañeros.
«Edu ha estado ausente. No se ha dejado ver más que en las campañas electorales y cuando le ha convenido. Es socialista vasco de escaño y poco más», censura uno de los varios cargos guipuzcoanos implicados en la campaña a favor de Pedro Sánchez .
De hecho, la relación de Madina con el aparato del PSE, y más concretamente con Patxi López se enfrió bastante, aunque la renuncia del exlendakari de la carrera interna hacia Ferraz, haya oxigenado el ambiente. Hay que recordar que como portavoz del grupo parlamentario del PSOE en el Congreso, Madina jugó un papel trascendente en la relación de interés que Zapatero alimentó con el PNV. Los de Iñigo Urkullu usaron esa vía para ahogar a López desde la oposición y Madina, socialista vasco, se encontraba en el lado contrario a sus compañeros vascos.
El aval de Juventudes
Alain Coloma, actual secretario general de Juventudes Socialistas, discrepa de esa visión de personaje distante y «estirado» que dibujan otros. «Claro que hay una cercanía, como vasco y vizcaíno. Siempre que le hemos llamado ha dado charlas para Juventudes», asegura.
Uno de los avales procede de su firma. «Yo le he avalado. No haré campaña por él, pero en su condición de exsecretario de Juventudes deseo que compita», afirma.
Otro militante de Vizcaya, en el grupo minoritario de los que apoyan a Pérez Tapias , añade como razón para la fría acogida a su candidatura que Madina no «proyecta cambio» a la militancia porque siempre ha estado en puestos de responsabilidad. «Tal vez mediáticamente lo consigue, pero no entre los compañeros. Edu es continuidad a lo mismo», señala.
La ejecutiva del PSE de Patxi López, quien dará a paso a otro en el congreso extraordinario convocado para septiembre, se ha procurado mostrarse neutral y ha arropado a todos los candidatos que han venido por el País Vasco.
Con todo, el propio López se posicionó de inicio a favor de Susana Díaz cuando todo apuntaba a que se mediría con Madina en las primarias, aunque siempre ha subrayado su respeto por el «poso» intelectual del candidato vasco. El todavía líder del PSE se ha visto con ellos fuera del foco público, según sus colaboradores. A partir del 14 de julio el exlendakari tiene todas las papeletas para ostentar un puesto de responsabilidad dentro del PSOE en Madrid.
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