Los alimentos no dan tregua y suman 15 meses creciendo a más del 10%

Fue hace más de dos años cuando el IPC comenzó su escalada, hasta romper la barrera del 10% a mediados de 2022, al calor de la guerra de Rusia en Ucrania. En la segunda parte del ejercicio pasado se inició una bajada paulatina que se aceleró en marzo de 2023 en buena medida por el llamado efecto base, hasta llegar ahora a una tasa interanual del 1,9%.

Sin embargo, pese a que el índice general haya dado un respiro, no todo son buenas noticias para los consumidores ya que los alimentos continúan con un alza de precios del 10,3%. La cesta de la compra mantiene su presión sobre las finanzas de los hogares pese a la bajada general, aunque supone una moderación frente al mes anterior.

El dato de los alimentos y las bebidas no alcohólicas es más de un punto y medio menor al del mes anterior; camina a la baja pero todavía se mantiene en niveles elevados. «Este comportamiento es debido, principalmente, a que los precios de las frutas, el pan y cereales y la carne han aumentado menos que en junio de 2022. También influye la estabilidad de la leche, queso y huevos, frente a la subida del año anterior, y la bajada de los precios de las legumbres y hortalizas, que aumentaron en junio del año pasado», recoge el INE en su nota de prensa, y añade como detalle negativo: «Cabe señalar, aunque en sentido contrario, la subida de los precios del aceite y grasas, frente a la bajada de junio de 2022».

La moderación, aunque leve, de la cesta de la compra ha contribuido al descenso de la tasa general, pero hay otro capítulo que ha ayudado más a esa caída del IPC: los transportes. Estos sitúan su tasa en el –7,6%, casi cuatro puntos por debajo de la del mes pasado. Este descenso se debe a que la subida de los precios de carburantes y lubricantes para vehículos personales es menor que la de junio del año pasado, indica el INE.

La vivienda, por su parte, es otro de los capítulos que ha contribuido al descenso de la tasa general, ya que disminuye su variación más de dos puntos, hasta el –12,7%. Este comportamiento es debido a que los precios de la electricidad aumentan menos que el año pasado y a que los combustibles líquidos bajan, frente a la subida en el mismo mes de 2022, según Estadística.

En el lado contrario de la balanza están el ocio y la cultura, con un alza de precios del 5,2%, nueve décimas más que el mes pasado. Este dato tiene su justificación en el incremento de precios de los paquetes turísticos, que crecen más que hace un año.

Yendo más al detalle de los datos del INE, los carburantes y los precios energéticos continuaron registrando bajadas notables en términos interanuales. En el primero de los casos, el descenso fue del 18% y en el segundo, del 24,9%. La presión sobre estos componentes ha disminuido sobremanera en comparación al año pasado.

En ese detalle por grupos de productos, los alimentos son los que salen peor parados con tasas por encima del 10% en muchos de los casos. Cereales, carne de cerdo, huevos, leche, aceite, legumbres, hortalizas, patatas, azúcar, refrescos... todos ellos marcan un incremento de precios de doble dígito.

Más allá de todo ello, en términos de variación mensual las noticias son algo distintas en junio en buena medida por los servicios. El IPC mensual respecto a mayo ha sido del 0,6%, frente al comportamiento plano que se dio en mayo. A este alza han contribuido los paquetes turísticos, la restauración y la vivienda; en este último caso por el alza de precios de la electricidad.

Asimismo, la tasa subyacente, que excluye productos frescos y energía, continúa muy por encima del índice general. El IPC general acabó mayo en el 1,9%, pero la subyacente permanece instalada en el 5,9%, solo dos décimas menos respecto a mayo. La diferencia entre ambas tasas queda en cuatro puntos, máxima brecha desde marzo de este año, cuando se produjo el primer gran descenso del dato general por el efecto base.