El Gobierno paraliza el asalto de Indra a Santa Bárbara pero no la compra de activos

El 'brusco y continuado' intento de asalto a su filial en España –tal y como lo han catalogado en General Dynamics desde Estados Unidos–, enojó a la cúpula directiva de la compañía con sede en Reston (Virginia) hasta el punto de que la presidenta del grupo, Phebe Novakovic, decidió enviar una delegación a La Moncloa estos días para trasladar sus quejas y próximos movimientos «nada positivos para España» en el caso de que Indra no frenase las presiones.

Según ha podido saber ABC, tras la reunión con varios representantes del Gobierno en La Moncloa y, después, con la secretaria de Estado de Defensa, Amparo Valcarce, la comitiva norteamericana –liderada por Danny Deep, vicepresidente ejecutivo de la división de Sistemas de Combate de General Dynamics, la persona de máxima confianza de la presidenta de uno de los mayores grupos de defensa del mundo– voló de vuelta al otro lado del Atlántico sin la percepción absoluta de que Indra parará definitivamente sus envites, ahora no solo centrados en el interés de compra de la compañía sino también en el 'robo' continuado de sus directivos más emblemáticos.

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Desde el Gobierno se les ha trasladado a los norteamericanos que la idea era crear alrededor de Indra un campeón nacional de la defensa y la ciberseguridad, y que su filial se antojaba clave para lograrlo. Ahora bien, una vez que General Dynamics se ha negado rotundamente a vendérsela, y ha amenazado con tomar cartas en el asunto que perjudicarían precisamente a España y su afán por construir en torno a Indra un gran campeón de la defensa, la presión se trasladará a negociar la compra de algunos de los activos que pudieran dar valor añadido a los planes españoles. Entre estos, las dos fábricas de la norteamericana en Trubia (Oviedo) y Alcalá de Guadaira (Sevilla). Y en esas están, si bien tampoco es del todo del agrado de la cúpula ejecutiva de General Dynamics.

En cualquier caso, el extremo que más preocupa en el seno de la cartera de la ministra Margarita Robles son los cinco años de retrasos injustificados del blindado español 8x8 Dragón, proyecto en manos del consorcio Tess Defence, que lidera la propia Indra y en el que participan también Santa Bárbara, Sapa y Escribano.

Tal y como adelantó este periódico, los miembros del máximo órgano de gobierno de la compañía de tecnología y defensa reprocharon en la reunión del pasado lunes a su presidente –que llegó al cargo el pasado 20 de enero, tras la dimisión de Marc Murtra por su nombramiento al frente de Telefónica– las maneras en las que había hecho público su interés por Santa Bárbara.

«No fueron las mejores maneras, ni el momento adecuado, para anunciar que se busca, quieran o no, la compra de la excompañía estatal –privatizada tras venderla a los americanos de General Dynamics en 2001, con el Gobierno presidido por el popular José María Aznar– y si no, la compra de sus activos», aseguraron fuentes próximas a los consejeros.

El planteamiento fue muy brusco –dijeron las fuentes–, atacando directamente a una gran multinacional de la defensa, con un enorme potencial de ingresos y de negocios en todo el mundo, 15 veces el tamaño de Indra, con la que además se tiene en la actualidad relaciones muy importantes, entre ellas, la de la producción del 8x8.

Fuentes próximas a la norteamericana reiteraron al Gobierno que Santa Bárbara podría seguir funcionando como tal si fuera vendida finalmente, aunque variaría su accionista. El dueño sería Indra en lugar de General Dynamics, «pero lo que en ningún caso se quedaría en Santa Bárbara son las licencias de sus productos, ni la sede, donde se llevaría todo su 'know how'». Añaden que hasta la fecha, lo cierto es que Indra no ha fabricado ni un solo vehículo terrestre de combate y, por mucho que compre Santa Bárbara, sin las patentes y licencias de General Dynamics European Land Systems (GDELS) tampoco lo va a hacer.

La filial europea de General Dynamics, dueña de Santa Bárbara Sistemas, tiene en Madrid su sede, y está presidida por un español: Antonio Bueno. Además, cuenta con un centro tecnológico en Paracuellos, donde desarrolla las ansiadas patentes para Indra.

Y mientras se intenta alejar el fantasma de la guerra entre españoles y norteamericanos, el presidente de Indra ha buscado estos días acuerdos de colaboración con empresas turcas y surcoreanas. Escribano, junto a su consejero delegado, José Vicente de los Mozos, viajó a la feria IDEX en Abu Dabi, donde sellaron varios acuerdos de colaboración con diferentes empresas internacionales del sector de la defensa.

Entre los acuerdos, el firmado con el fabricante de vehículos militares turco Otokar, con el que buscarán «nuevas oportunidades de colaboración en el ámbito de los Sistemas Terrestres, combinando el conocimiento de Indra en tecnologías avanzadas de defensa y sistemas terrestres con la experiencia de Otokar en vehículos y carros de combate», según la compañía española. Además, Indra firmó acuerdos con empresas del sector de Emiratos Árabes –ADSB y Katim (del grupo Edge)– e inició conversaciones con algunas empresas surcoreanas, como con la filial de vehículos especiales de Kia, Hanwha Global Defense, y con el fabricante de vehículos militares Hyundai Rotem.