El FMI pide a los países una política fiscal «más restrictiva» para no alimentar la inflación

La institución reclama también marcos de déficit y deuda creíbles para que se reduzcan las vulnerabilidades de cara a futuras crisis

Mejora el crecimiento de España este año al 1,5% pero lo deja seis décimas por debajo de la previsión del Gobierno

El FMI dibuja un desequilibrio crónico en las cuentas de España: déficit del 4% y deuda del 119% aún en 2028

Kristalina Georgieva, directora gerente del FMI Reuters

La inflación es la principal preocupación en estos momentos para el Fondo Monetario Internacional (FMI). Aunque reconoce que ha ido a la baja estos últimos meses, cree que todavía se mantendrá alta durante varios años. En este escenario, la institución reclama a los países ... «una política fiscal más restrictiva» para no alimentar la escalada de precios.

«Los esfuerzos de las autoridades monetarias para que la inflación vuelva al nivel fijado como meta deben complementarse con una política fiscal más restrictiva -si bien con apoyo focalizado para los más vulnerables-, de forma que los bancos centrales puedan realizar aumentos más moderados de las tasas de interés», indica el Fondo en su nuevo informe fiscal de abril.

Lo que no quiere la organización es que por culpa de políticas fiscales de gasto sin control para apoyar el crecimiento y mitigar precisamente el golpe de la inflación, se consiga el efecto contrario y eso derive en que los bancos centrales tengan que subir más de lo debido los tipos de interés. De ahí que reclame una coordinación entre política monetaria y fiscal. «Las perspectivas fiscales a corto plazo siguen siendo complejas, y es fundamental que las políticas fiscal y monetaria se mantengan estrechamente alineadas para lograr estabilidad financiera y de precios, así como para responder a la incertidumbre del entorno económico y a los rápidos cambios de las condiciones financieras», indica el documento.

Sin embargo, eso no quiere decir que no puedan adaptarse a las circunstancias según vayan evolucionando los datos. «Las políticas tendrán que estar preparadas para ser modificadas en caso de que se materialicen los riesgos. Si la inflación resulta ser más rígida de lo esperado, el endurecimiento de las políticas tendrá que mantenerse durante más tiempo. En un escenario de tensión financiera sistémica, la política fiscal podría tener que intervenir con rapidez para facilitar el proceso de resolución y minimizar sus costos, y a la vez mitigar el riesgo moral», añade.

Problema a medio plazo

Así las cosas, las perspectivas no son muy halagüeñas para los países en cuanto a su equilibrio fiscal. «A mediano plazo, se proyecta que los déficits fiscales se mantengan por encima de los niveles previos a la pandemia en los próximos años. Las perspectivas fiscales están sujetas a un importante grado de incertidumbre», destaca el Fondo.

Por ejemplo, las previsiones del FMI señalan que en países como España y Francia el déficit todavía seguirá en el 4% sobre PIB en 2028. Una situación que contrasta con el estimado 0,7 y 0,5% de Italia y Alemania, respectivamente, para ese año.

Es por ello que la organización reclama planes fiscales para poder enderezar desajustes como estos. También pensando en futuras crisis que vengan a futuro. «Los países deberían desarrollar marcos fiscales creíbles basados en riesgos que promuevan políticas macroeconómicas coherentes, reduzcan las vulnerabilidades fiscales con el tiempo y generen el margen necesario para afrontar futuros shocks», dice el informe.

Asimismo, en el caso de la deuda pública la situación también es preocupante. España terminaría 2028 con un endeudamiento del 109,3% sobre PIB en 2028. Y Francia, en el 115%. Unas cifras sobre las que han advertido reiteradamente no solo el FMI, sino a nivel español también la Airef o el Banco de España.

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