finanzas

El IPC asesta a los españoles la mayor caída de renta de la OCDE

Los ingresos disponibles de los hogares cayeron un 4,1% en el primer trimestre del año

La pérdida de capacidad de gasto es cuatro veces mayor que en la media de países desarrollados

Los alimentos se encarecen más en España que en el resto de la zona euro

España registra una mayor sensibilidad en el IPC ante la subida de precio de los alimentos ABC

Los efectos negativos de la inflación sobre la economía no dejan de aflorar. El pasado mes de julio, el IPC ascendió hasta el 10,8%, una cifra histórica y sin precedentes que ya está afectando colateralmente a las finanzas de los hogares, y no ... solo por la vía de la escalada de precios.

España registró en el primer trimestre de 2022 un descenso del 4,1% de los ingresos disponibles por cabeza respecto de los tres meses anteriores, lo que supone la tercera caída trimestral más profunda entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) solo superada por Chile y Austria, aunque se trata del mayor desplome entre las principales potencias de la organización. De media, el club de los países más desarrollados del mundo experimenta la pérdida del 1,1% de renta disponible, según cifras de la institución.

El 'think tank' de las economías avanzadas señala que la disminución del ingreso real per cápita de los hogares en el primer trimestre de 2022 se debió en parte a los aumentos en los precios al consumidor, que socavaron los ingresos de los hogares en términos reales.

De hecho, los más de 20 millones de trabajadores españoles acumulan pérdidas de poder adquisitivo en este año que superan el 6%. Una caída que apuntala la tendencia de subida de los sueldos, que no rebasa el 2,5% en un contexto en el que las principales instituciones de análisis macroeconómico ya han revisado al alza el IPC del conjunto del año, que cerraría en el 7,9% según el consenso de analistas de Funcas.

El consumo, sin combustible

De este modo, entre los miembros de la OCDE, las mayores caídas de la renta per cápita disponible respecto del trimestre anterior se observaron en Chile (-10,4%), así como en Austria (-5,5%) y España (-4,1%). Por el contrario, la mejor evolución se registró en Polonia (+7,5%), Bélgica (+3,9%) y Hungría (3,7%). Lo que supone, más allá, un catalizador para la caída de la demanda y el consumo, que ya está empezando a mellar el crecimiento económico de las potencias desarrolladas.

Entre los países del G7, durante el primer trimestre de 2022 los ingresos disponibles por cabeza cayeron un 1,9% en Francia y un 1,8% en Estados Unidos, además de un 1,7% en Alemania. Por su parte, aumentaron un 0,3% en Italia.

Asimismo, la OCDE indicó que en contraste con la pérdida de ingresos disponibles de los hogares, el PIB per cápita aumentó un 0,2% en los tres primeros meses del año, ampliando a cuatro trimestres consecutivos el mayor crecimiento del PIB per cápita respecto de la renta disponible por cabeza. La renta per cápita disponible de la OCDE se situó así en el primer trimestre un 2,9% por encima del dato del último trimestre de 2019, antes de la pandemia de Covid, mientras que el PIB por cabeza es un 1,6% superior.

España, más volátil que el resto de Europa

Precisamente, esta circunstancia fue confirmada hace escasas horas también por el Banco de España al constatar que nuestro país es más sensible a la subida de los precios de los alimentos que el resto de vecinos de la Unión Europea.

Concretamente, el peso que suponen los alimentos en la cesta de la compra determina en gran medida el impacto heterogéneo del aumento del precio de las materias primas alimenticias en los distintos países. Mientras que en el conjunto del área del euro este peso se sitúa en el 17% y los alimentos han contribuido 0,9 puntos porcentuales al avance del índice armonizado de precios de consumo (IAPC), en promedio, en los tres últimos trimestres, en España el peso asciende a un 22% y la contribución promedio ha sido de 1,4 puntos porcentuales.

De acuerdo con la información más reciente, correspondiente a junio, la contribución de los alimentos a la tasa de inflación general en España fue de 2,9 puntos, frente a 1,7 puntos en la zona euro. Con todo, el Banco de España estima que un aumento transitorio de un 10% en la tasa de variación de los precios de las materias primas alimenticias repercute en una subida de la inflación total del área del euro (IAPC) de unas tres décimas al cabo de doce meses.

La evolución futura de los precios de los alimentos está sujeta a una «elevada incertidumbre», según se advierte en el informe. Si bien las previsiones disponibles, tanto de instituciones como el Banco Mundial como de los mercados de futuros alimenticios, apuntan a una cierta tendencia a la baja en los próximos años.

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