Del optimismo al choque con la realidad: la inflación desdice las previsiones del Gobierno

Las previsiones realizadas desde el ministerio de Economía, liderado por la vicepresidenta primera Nadia Calviño, se han caracterizado por una revisión constante a la baja, conforme los datos han ido empeorado. Desde que el dato del IPC (Índice de Precios al Consumo) de marzo confirmó que la situación era grave, el ministerio ha ido rebajando su optimismo hasta reconocer que la desaceleración de los precios no llegará hasta 2023.

Tras hacerse público el dato del IPC de marzo de 2022, con una subida histórica hasta el 9,8%, la vicepresidenta primera y ministra de Economía, Nadia Calviño, calificó el dato de «inaceptable» y añadió que el Gobierno «hace lo posible para que empiece a bajar». Fue entonces cuando empezaron a gestarse los impuestos a banca y eléctricas anunciados recientemente.

A finales de mes, con el dato de abril mostrando una caída del IPC de 1,5 puntos hasta el 8,3%, la vicepresidenta Calviño señaló en una entrevista para la radio que España no llegaría a alcanzar una inflación del 10%, ya que se había producido «una bajada importante en los precios de la energía». Por entonces, las previsiones del Gobierno indicaban una inflación media del 7,5% para finales de año.

El 10 de marzo, la vicepresidenta Calviño volvió a pronunciarse respecto a la inflación durante su intervención en el foro empresarial Madrid Leaders Fórum. En esa ocasión, la ministra de Economía afirmó que desde el Gobierno confiaban en que la inflación no volvería a aproximarse al 10%, sin cerrar la puerta a nuevos repuntes. «Todo apunta a que ya hemos dejado atrás el pico de inflación de marzo, pero no se puede excluir que haya nuevos repuntes de la inflación porque las causas siguen ahí y son de dimensión global«, indicó.

Con los datos de inflación de junio, donde España volvió a registrar cifras de récord con el IPC en el 10,2%, las previsiones del Gobierno volvieron a fallar, acabando con el optimismo mostrado en anteriores meses.

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La tesis de que el alza de precios era un episodio coyuntural demostró ser errónea. Los pronósticos de que el IPC bajaría tras el mecanismo ibérico para topar el gas no se cumplieron, y el discurso del Ejecutivo se tornó sombrío. «Tenemos que trabajar con un nuevo escenario de inflación más alta durante más tiempo a nivel internacional«, señaló Calviño, reconociendo que la inflación es un problema de largo recorrido.