Alemania rebajará impuestos sólo a los extranjeros

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Rosalía Sánchez

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Con esta medida, el ministro de Finanzas, el liberal Christian Lindner, quiere principalmente combatir el desequilibrio integrador entre el Estado de bienestar y el mercado laboral. «Somos atractivos para la inmigración dependiente de nuestro estado de bienestar, pero lamentablemente no lo suficientemente atractivos como país de inmigración cualificada en el mercado laboral», dijo en en Instagram. Los trabajadores cualificados recién llegados podrán reclamar el 30%, 20% y 10% de su salario bruto libre de impuestos en los primeros tres años, tal como consta en el proyecto. Habrá un límite superior e inferior, pero los resultados definitivos se evaluarán después de cinco años.

La oposición ha criticado la medida. La portavoz de política económica del grupo parlamentario conservador CDU/CSU y ex ministra federal de Alimentación y Agricultura, Julia Klöckner, se ha mostrado de hecho horrorizada. «Esto es discriminación doméstica», ha dicho, y ha recordado que «el trabajo debe volver a valer la pena para todos, no sólo para los trabajadores extranjeros». Advierte que semejante trato fiscal dividiría a los trabajadores de primera y segunda clase y es simplemente una propuesta «socialmente explosiva», en un momento en el que el partido antieuropeo y antiextranjeros Alternativa para Alemania(AfD) está demostrando gran fuerza en las encuestas. «Gracias, señora Klöckner, por decir eso. ¡En mi opinión, esto es una completa violación de la Ley Fundamental y de la AGG! que divide a nuestra sociedad y cuestiona la democracia», ha sido una de las primeras reacciones en redes sociales. «Y los políticos se preguntan por qué Alemania moviéndose hacia la derecha», seguían los comentarios.

El primer debate en el Bundestag está previsto para mediados de septiembre y se espera que se apruebe en noviembre o diciembre. Pero también desde dentro de la 'coalición semáforo' en el Gobierno, están surgiendo expresiones de descontento. «Entiendo perfectamente que esto moleste a la gente», ha declarado la ministra regional de Asuntos Sociales de Sajonia, la socialdemócrata Petra Köpping, «no pienso que mi partido pueda estar de acuerdo en un mejor trato fiscal para los trabajadores cualificados extranjeros». Köpping, candidata del SPD para las elecciones regionales del 1 de septiembre en Sajonia, ha subrayado que «es más importante que la gente que ya está aquí empiece a trabajar más rápidamente, que los obstáculos burocráticos sean reducidos y las cualificaciones reconocidas a mayor velocidad».

El ministro del Interior y viceprimer ministro de Turingia, el también socialdemócrata Georg Maier, no ha ocultado su sorpresa y ha señalado que «podría conducir a nuevos debates sobre la justicia, especialmente en el Este». «Mientras los trabajadores en el este de Alemania ganan claramente por debajo del promedio y las pensiones y los bienes también estén muy por debajo del promedio nacional, tales privilegios para los inmigrantes no deberían introducirse», ha dicho el candidato del SPD para las elecciones estatales en Turingia, que se celebrarán también el 1 de septiembre.

El presidente de la comisión laboral y social del Bundestag, el socialdemócrata Bernd Rützel (SPD), es otro de los que han cuestionado los planes del Gobierno federal: «Creo que es problemático que por el mismo trabajo haya que pagar diferentes impuestos». La portavoz verde en materia de mercado laboral, Beate Müller-Gemmeke, ha rechazado por su parte los planes de desgravación fiscal para extranjeros después de recordar que «existe un principio de igualdad de trato en nuestra legislación laboral y existe también por una buena razón».

«Desde mi punto de vista, esto no estaría garantizado si algunas personas tuvieran más dinero en sus billeteras que otras a través de incentivos fiscales por el mismo trabajo. Por lo tanto, asumo -dijo- que estos incentivos fiscales serían legalmente problemáticos. Tratar a los empleados de manera diferente no es justo ni equitativo», concluyó Müller-Gemmeke.

Durante las negociaciones sobre el presupuesto federal para 2025, el canciller Olaf Scholz (SPD), el ministro de Economía, Robert Habeck (Verdes), y el ministro de Finanzas, Christian Lindner (FDP), han acordado además otras medidas para combatir la escasez de mano de obra, como la reducción de los obstáculos burocráticos para que los refugiados acepten trabajo.