Alemania cierra las cuentas de la I Guerra Mundial
En el 20 aniversario de la reunificación germana y 92 años después de terminar la Gran Guerra
La historia, como el cobrador de deudas, vuelve siempre a llamar. Hace hoy 20 años de la reunificación de Alemania, el indefectible contable volvía a poner sobre la mesa un portafolio de viejas cuentas. Hechas las paces largo tiempo atrás, el gobierno alemán hace también ... las cuentas por fin y abonará hoy los últimos 69,9 millones de euros en intereses de reparaciones, por la guerra de 1914-1918.
El estado tenía precisamente hasta 20 años después de su posible, y entonces poco verosímil, reunificación para saldar intereses y servicios, sobre empréstitos tomados en los años 20 y de cuya cobertura se había responsabilizado la RFA de postguerra.
Eran cuentas de las reparaciones de la Gran Guerra, que no indemnizaciones, aunque con ellas Alemania queda en paz con aquel conflicto.
El origen de este último pago, coincidiendo con el aniversario de la reunificación, está en el acuerdo de Londres de 1953. La Alemania occidental (RFA) se comprometía a tomar las deudas pendientes del Reich y la República de Weimar en el extranjero.
Pero seguían pendientes 150 millones de euros en intereses de los bonos de empréstito, en manos de particulares extranjeros, que el régimen nazi había dejado de pagar y se acordó que quedaran en suspenso hasta una futura reunificación. Alemania se encontraba bajo control de las potencias, acababa de dividirse en dos estados y perder un cuarto de su suelo a manos de Polonia y la URSS.
En 1983, la RFA terminó de pagar propiamente las reparaciones, resarcimiento por los daños ocasionados, a más de los gastos incurridos por la invasión, en Francia y Bélgica. En el tratado de Versalles, en 1919, aquéllas habían sido elevadas a un pago inmediato de 20.000 millones de marcos en oro, aumentado en 1921, en el Bosque de Bolonia, a 296.000 millones de marcos de oro, a 42 años.
Notorio es el concepto de «condiciones draconianas» que debían doblegar definitivamente al pueblo alemán y que contribuyeron a echarlo en manos de Hitler. A fín de hacer frente, la nueva república tras la abdicación había conseguido hacerse en los mercados internacionales, en 1924, por el plan Dawes, y en 1928, por Young, con emisión de bonos tomados por particulares.
El pago quedó sujeto a una moratoria con los nazis y, tras de la II Guerra Mundial, las potencias vencedoras concedieron en 1953 rebajar a la mitad las condiciones. Pero seguían pendientes los intereses acumulados entre 1945 y ese año, que quedaron en suspenso hasta una reunificación. El 3 de octubre de 1990, volvieron a entrar en vigor y el plazo era de 20 años.
El presupuesto federal para 2010, muestra el epígrafe «Deudas zanjadas (Acuerdo de Londres)». Había vuelto a pagar los viejos intereses, en 1996. Aunque muchos alemanes no saben que aún se paga ni porqué, hoy no podrían dormir mejor que sabiendo que, a pie de esa página, hay ya un borrón de pagado y cuenta nueva.
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