¿Y si gana Schulz a Merkel en Alemania? España saldrá ganando
El candidato del Partido Socialdemócrata es, ante todo, un europeísta convencido, y como tal, remará a favor de la Unión y del bienestar de sus miembros. Y, lo mejor, por la solidaridad entre los mismos
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Iniciar sesiónParece que el candidato del Partido Socialdemócrata alemán, Martin Schulz , tiene muchas papeletas para estar en el próximo Gobierno de Berlín, de una u otra forma, esto es, en coalición junto a la actual Canciller, Angela Merkel, o en su lugar, tras las elecciones ... del 24 de septiembre, por lo que su programa sobre política-económica europea se antoja a todas luces más que relevante. Para el futuro de Alemania, de la ¿nueva? Europa... y de España. Sí, sí, de nuestro país también, han leído bien. Y me explico. Cierto es que no sabemos con exactitud qué lleva en su programa, pero lo que sí sabemos es que se ha mostrado a favor de Europa. Porque Schulz es, ante todo, un europeísta convencido, y como tal, remará a favor de la Unión y del bienestar de sus miembros. Y, lo mejor, por la solidaridad entre los mismos. Está, pues, a favor de Europa, a favor de la justicia social –por lo que dará la espalda a las políticas de austeridad–, contra Donald Trump, y contra las bajadas de impuestos. Además es un confeso de opositor a la política a AfD (sigla en alemán de «Alternative für Deutschland», partido político alemán cuyo principal programa es el rechazo del euro y a los rescates a los países periféricos. ¡Una joya vamos!).
El caso es que en la actualidad, Alemania –locomotora económica oficial de la Vieja y Nueva Europa–, exporta casi el 60% de sus bienes y servicios a la UE. Esto supone que millones de puestos de trabajo dependen de que a los ciudadanos en otros países de la UE les vaya tan bien, que puedan permitirse los productos alemanes, que no son nada baratos debido a su alta calidad y a los salarios relativamente altos. De manera que cada euro que ponen los alemanes a disposición para el Presupuesto de la UE vuelve a ellos multiplicado directa o indirectamente. Esto ha otorgado a Alemania, creen por ahí –si bien, la propia Merkel lo tacha de «falacia»–, el privilegio de contar con un superávit comercial eterno, por lo que muchos critican al país de hacer competencia desleal. Yo, ahí, no entro. Ahora bien, también dicen por ahí que igual que en otros tiempos a otros países de la Unión se les obligó a invertir en infraestructuras domésticas cuando tenían superávit –acuérdense de España en la primera etapa de Zapatero y su famoso Plan E, que se pulió el superávit heredado de Aznar– Alemania debería estar obligada a hacerlo. ¿Y multarla? Bueno, el caso es que entonces, quizás, otros se volverían más competitivos con los intercambios a su favor. Léase, España. ¿Nueva locomotora de la Unión? Con Schulz, dicen, es posible.
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