Varapalo al Gobierno: nadie se cree sus Presupuestos para 2021

El cuadro macroeconómico del Gobierno , excluido el efecto del Plan de Recuperación, estima que el PIB caerá este año un 11,2% y que rebotará el siguiente un 7,2%; el déficit, por su parte, ascenderá al 11,3% en 2020 y al 7,7% en 2021. Estas son las cuentas de la gestión de PSOE y Podemos, y en las que el gasto social será el más elevado de la historia, con 239.765 millones, un 10,3% más respecto a 2018. La Moncloa no tenía nadie que rebatiera sus cifras, oficialmente, hasta que esta semana tres de las instituciones más autorizadas han dado un baño de realidad al Ejecutivo.

La Comisión Europea -pese a que el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, desconfía de sus cálculos oficiales- abrió ayer la mañana con un jarro de agua fría -otro más- para España. Empeoró al 12,4% su estimación de hundimiento del PIB este año, frente al 10,9% que calculaba en verano. Para 2021 el vaticinio está en un rebote del 5,4%, a todas luces insuficiente para hablar de recuperación. Y eso a sabiendas de que los datos reales podrían apuntar más a la baja por el devenir de la pandemia, y sin que los técnicos de Bruselas hayan podido evaluar aún el proyecto de Presupuestos, que fue enviado hace apenas 20 días a la capital comunitaria. Así las cosas, los cálculos de la Comisión son 1,8 puntos porcentuales menores a los del Gobierno. A todo ello se une que España será el país más golpeado por la pandemia este año. El único territorio de la UE con caídas a doble dígito, sin tener en cuenta a Reino Unido (-10,3%). En Europa lo atribuyen, principalmente, al daño sufrido por el sector turístico -que supone más del 12% del PIB español- y el agravamiento de los contagios.

Por el lado del déficit, Bruselas lo sitúa en el 12,2% en 2020 y en el 9,6% en 2021. Una desviación de 0,9 puntos y 1,9 puntos, respectivamente, sobre lo que espera el Gobierno. El deterioro de las finanzas públicas sigue creciendo.

Al mismo tiempo que la Comisión, la Airef daba a conocer su informe sobre los Presupuestos en la comisión del ramo en el Congreso de los Diputados . Un estudio pormenorizado que augura tiempos mucho más difíciles para España de lo que espera Sánchez. Su primer golpe para el Gobierno llega de la mano del Plan de Recuperación, financiado con fondos europeos. Hasta 2023 se espera percibir transferencias por 72.000 millones, y el Ejecutivo cuenta con que ese dinero llegará para financiar su expansión del gasto. En cambio, la Airef desconfía: «Los riesgos de que se produzcan retrasos en la absorción de estos recursos y en la ejecución de esos proyectos son elevados. A ello cabe añadir la posibilidad de que algunos recursos no tengan el impacto deseado si la selección de proyectos no es adecuada».

Hecha esa consideración, la institución estima el PIB con y sin Plan de Recuperación, aunque es esta última fórmula la única comparable con el resto de organismos. Bajo este prisma, la Airef expone para la economía tres escenarios: optimista, central (el más probable) y pesimista. Los desplomes del PIB quedan en 10,8%, 11,2% y 11,4%, respectivamente, este año ; para el siguiente, el rebote lo sitúa en 7,3%, 5,5% y 3,8%. Si lo que espera el Gobierno es una recuperación del 7,2% en 2021, el cálculo de la organización dirigida por Cristina Herrero es 1,7 puntos porcentuales menor en el escenario más probable. Para el caso del déficit ocurre muy parecido: la Airef lo cifra en el 11,6% y 8% en 2020 y 2021, y el Ejecutivo en tres décimas menos. En este sentido, el informe no deja lugar a dudas al hablar del «mayor optimismo» del Gobierno. «La Airef hace notar el riesgo de que se materialicen escenarios menos benignos asociados a menores tasas de crecimiento», señala el documento.

Por el lado de los ingresos, la organización es tajante: «No alcanzarían lo previsto en el Plan Presupuestario , aunque se materializase el cuadro macroeconómico del Gobierno». La institución calcula que se quedarán siete décimas de PIB por debajo, lo que equivale a 9.067 millones (18.400 millones en el escenario pesimista). Todo ello se debe a que calculan un crecimiento de los impuestos un punto menor (las subidas tributarias recaudarían 2.083 millones menos de los esperado).

La Comisión Europea y la Airef han sido el segundo plato y el postre del menú de realidad para el Ejecutivo. El entrante fue el Banco de España. Este fue el primero en denunciar el excesivo optimismo con el que el Gobierno de coalición ha elaborado el cuadro macro del que beben sus cuentas. Lo hizo el miércoles en el Congreso de los Diputados, donde acudió a ofrecer su opinión sobre el proyecto de Presupuestos y aprovechó para lanzar un mensaje claro al Ejecutivo: «Ser prudente es casi una necesidad», dijo el gobernador Pablo Hernández de Cos . Lo hizo al hablar de la subida «generalizada» del sueldo de los funcionarios, que choca de lleno con el panorama de destrucción de empleo y recortes salariales al que se encamina una España que tardará diez años en recuperar la estabilidad en sus debilitadas cuentas.

El panorama que dibujó el gobernador fue sombrío. De Cos espera que el repunte histórico del PIB del tercer trimestre se haya diluido a final de año a golpe de rebrotes . Y destierra la idea de que el impacto sea coyuntural. «Se prevé un deterioro muy significativo en los niveles de actividad de la economía española, en el empleo y en las cuentas públicas en el conjunto de 2020; un impacto negativo que, además, será relativamente persistente», advirtió. Frente a la caída del PIB que se extrae del proyecto de Presupuestos, el Banco de España ya previó en septiembre un escenario de caída de la economía del 10,5% en 2020 si la evolución de la pandemia era favorable y de un 12,6% si no lo era (más probable ahora), y estimó que no se recuperarían los niveles de actividad previos a la crisis antes de finales de 2022. En el ámbito fiscal, el Gobierno incorpora una corrección de 3,6 puntos en el desequilibrio presupuestario entre 2020 y 2021, y el supervisor estima que los números rojos se ensancharán hasta el 12,1% del PIB en 2020 y el 9.9% en 2021.