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El IPC se desboca en febrero hasta el 7,4% y registra su tasa más alta en 33 años

La parte más estable de la cesta de la compra ya experimenta un encarecimiento medio del 3% en febrero y los analistas ya especulan con una inflación del 6% a lo largo de todo el año.

Un hombre llena el depósito de carburante en una estación de servicio EP

Bruno Pérez

Ya no hay quien pare la inflación. Las esperanzas de que las tensiones en los precios energéticos remitieran en la segunda mitad del año en un contexto de supuesta normalización de la oferta y de los problemas de la cadena de suministro se han ido al traste con la invasión de Ucrania por parte de las tropas rusas y la economía global afronta ahora un escenario de imprevisibles consecuencias. A nivel nacional, los analistas que a principios de año auguraban un IPC medio en 2022 en el entorno del 2,5%-3%, aseguran ahora que lo más normal sería que ésta se situara cerca del 6% y ya no descartan que los precios se puedan mover todo el año por encima de esa cifra, un panorama no visto desde los ochenta.

En febrero el Índice de Precios de Consumo (IPC) subió un 0,6% en relación al mes anterior y elevó de golpe su tasa interanual más de un punto, hasta el 7,4%, su tasa más alta en 33 años , concretamente desde julio de 1989, en pleno sobrecalentamiento por la inyección de recursos desde Europa y la previa de los grandes fastos de 1992.

Con el dato de febrero, el IPC interanual encadena su decimocuarta tasa positiva consecutiva , según los datos avanzados publicados este lunes por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Tras meses escuchando hablar al Gobierno del carácter limitado en el tiempo y selectivo en lo sectorial de las tensiones inflacionistas, por su origen en el sector energético, febrero muestra un cambio de escenario radical. El núcleo más estable de la cesta de bienes y servicios que Estadística utiliza para construir el IPC, lo que técnicamente se denomina la inflación subyacente, se ha disparado hasta el 3% desde el 0,2% en el que estaba el pasado mes de junio. El porcentaje de bienes y servicios que se han encarecido por encima del 2% en el último años supera ya holgadamente el 65% y cada vez quedan menos rincones de la economía en los que la inflación no haya hecho presa.

La evolución del indicador, que se toma como referencia de la parte más estructural de la inflación, muestra que la inflación se ha filtrado al conjunto de la economía y augura lo inevitable de la temible espiral precios-salarios sobre cuyos efectos negativos vienen advirtiendo autoridades y analistas. Hace apenas quince días, el sindicato UGT exigía una subida salarial para 2022 de cerca del 4% con un dato de inflación del 6% y a la baja. Con el IPC en el 7,4% las tensiones en la negociación salarial en las empresas parecen inevitables.

Según Estadística, el aumento del IPC interanual de febrero hasta el 7,4% se debe a las subidas «generalizadas» en la mayoría de sus componentes, entre las que destacan las de los alimentos y bebidas no alcohólicas y los carburantes , así como el comportamiento de los precios de la electricidad, que en febrero bajaron menos de lo que lo hicieron en el mismo mes de 2021.

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