La artillería monetaria en manos de Draghi
El presidente del Banco Central Europeo (BCE) sopesa los pros y contras de las posibles medidas que aposte el próximo jueves
M. V.
España, Francia e Italia, entre otros países, argumentan que a su esfuerzo reformista debe acompañarle ahora una política monetaria más laxa. Organismos nacionales e internacionales como el Banco de España y el FMI reclaman ya en público que el supervisor comunitario mueva sus fichas. Gobiernos, ... autoridades, empresas y analistas creen llegada la hora de que el Banco Central Europeo (BCE) adopte una política monetaria más agresiva para evitar la deflación y acelerar la recuperación económica de la Eurozona . Estas son las armas de las que dipone y que sopesará aprobar en su reunión del consejo de gobierno del próximo día 5.
Bajar de nuevo los tipos de interés
El BCE podría bajar el precio oficial del dinero del actual mínimo histórico (0,25%). Al recibir dinero más barato del BCE, una de sus fuentes de financiación, los bancos deberían reabrir el grifo del crédito y trasladar ese menor coste a los préstamos a empresas y familias. Además, se devaluaría el euro, favoreciendo las exportaciones de los países comunitarios.
Penalizar los depósitos de la banca en el BCE
La banca puede depositar su dinero en el BCE, que hasta 2012 le pagaba un 0,25% por la liquidez que allí guardaba. Entonces, y para animarla a dar préstamos, dejó de remunerarla. La medida no surtió efecto y Draghi amenaza con aplicar una tasa negativa por esos depósitos. El mercado confía en que ahora la impondrá, en el -0,1%, penalizando a los bancos que guarden su dinero en el BCE en lugar de financiar la economía. La medida tiene riesgos: la banca podría seguir sin prestar y, a la vez, trasladar ese coste a sus clientes. Lanzarían un mensaje de que sigue sin confiar en la economía y además encarecería los actuales préstamos.
Compras masivas de deuda en el mercado
Los mercados esperaban que el BCE, como hace la Fed, lance un programa de compras masivas de deuda y otros activos en el mercado («quantitative easing»). Sin embargo, la semana pasada confirmó sus temores a que la liquidez que hay en el mercado esté generando una burbuja y esas expectativas se enfriaron. Además, las características del sistema financiero europeo, en el que las empresas se financian sobre todo con crédito bancario, podrían hacer que la receta de EE.UU. no sirva para la zona euro.
Prorrogar la actual barra libre de liquidez
Ahora mismo los bancos de la Eurozona pueden pedir semanalmente liquidez, a distintos plazos, en la ventanilla del BCE. Esta medida estará vigente hasta mediados de 2015. Los analistas estiman que existen grandes posibilidades de que se extienda un año más, hasta 2016.
Nuevas subastas extraordinarias
El BCE inyectó un billón de euros entre diciembre de 2011 y febrero de 2012 con dos subastas extraordinarias de liquidez entre los bancos, conocidas como LTRO. Ahora, podría convocarlas de nuevo o prorrogar la devolución del dinero que la banca obtuvo hace dos años.
Premiar con más liquidez a la banca que más presta
Las subastas LTRO fracasaron porque la banca usó ese dinero para especular con deuda pública y mejorar sus niveles de capital. Draghi, a imitación del Banco de Inglaterra, podría crear unas nuevas subastas en las que prestaría dinero por debajo del precio del dinero a los bancos que más prestan, concediendo más a los que tienen un stock de crédito superior.
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