La prima de riesgo comienza a bajar para las empresas
El interés para las firmas nacionales se reduce a niveles de 2010, a pesar de que las germanas se financien un 40% más barato
javier tahiri
La confianza, ese resorte perdido desde que la crisis comenzó a arreciar hace siete años, se mide en porcentaje y tiene forma de tipos de interés: los que se fijan a los préstamos de empresas y hogares. Y si una multinacional tuviera sucursales en toda ... Europa las puertas del banco se abrirían más fácilmente para sus filiales de Alemania, Francia o incluso Italia que para la española a la hora de solicitar un préstamo. Si bien la certidumbre fluctúa por fronteras, algunos resquicios de mejora parecen trasladarse a las compañías nacionales en paralelo a la mejora de la prima de riesgo o diferencial de la deuda pública a diez años con la germana. Así, el interés de los préstamos a cinco años para créditos inferiores a un millón de euros (los de referencia para pymes), cayó hasta el 5,16% el pasado mes de noviembre, su nivel más bajo desde julio de 2010, según datos del BCE.
Poco a poco, el diferencial con Europa se reduce. El sobreprecio a pagar por las compañías españolas ha bajado un 22% desde el verano de 2012. Al igual que ocurrió con la prima de riesgo nacional, el respaldo del Banco Central Europeo (BCE) a la posibilidad de compras ilimitadas de deuda pública para evitar la ruptura de la moneda única ha funcionado como bálsamo.
Pero, ¿cómo afecta la reducción de la prima de riesgo a la financiación de las pymes?. «La situación mejora las condiciones de financiación de las empresas que tienen acceso a los mercados de capitales, es decir, aquellas que se pueden financiar por ejemplo emitiendo bonos u obligaciones. La prima de riesgo sobre la deuda pública del país es un techo para las empresas nacionales que tienen que pagar un diferencial de tipo de interés en esos mercados al menos igual a esa prima de riesgo del país en cuestión», explica desde Bruselas el director general de Empresa e Industria de la Comisión Europea, Daniel Calleja, conocido como « Mister Pyme ». Asimismo, al bajar la financiación de los bancos en los mercados, estos pueden ofrecer créditos a tipos de interés más bajos.
Sin embargo, señala Calleja, en el caso de la financiación de las pymes españolas el fenómeno tiene un impacto más indirecto: las pequeñas y medianas empresas no suelen recurrir a los mercados sino a las entidades, una dependencia al sector bancario mayor a la existente en otros países como Estados Unidos, donde solo el 20% de la financiación de las empresas proviene de las finanzas, un porcentaje del 80% en el caso continental.
Por ello, el Gobierno ha intentado espolear la financiación en los parqués de las pequeñas y medianas empresas mediante la creación del Mercado Alternativo de Renta Fija . «Las grandes empresas pueden financiarse de forma más asequible pero esto tardará en llegar a las pymes», reseña David Cano, socio de Analistas Financieros Internacionales (Afi).
La reestructuración bancaria también ha perjudicado el panorama de las firmas. «La mayor parte de los autónomos y pequeñas empresas trabajaban con las antiguas cajas de ahorro. Y ahora han tenido que buscar otras entidades en momentos de dificultad, cuando en tiempos de crecimiento es más fácil encontrar condiciones de financiación ventajosa», apunta Amor. Como reseña Cano, «el negocio bancario exige ahora unos intereses mucho más elevados a los que podía ofrecer antes de la crisis para así ser rentable».
Ello ha hecho que el crédito se haya reducido un 66% en nuestro país desde que comenzara la crisis, la segunda mayor caída registrada en Europa tras la de Irlanda, según un informe de la consultora Bain & Company. Un problema adicional es el menor tamaño de las compañías en nuestro país. Mientras en Alemania la mayor parte de las pymes tienen más de diez trabajadores, el 55% de las pequeñas y medianas empresas en nuestro país cuentan con un solo empleado lo que, a su vez, dispara el interés de los préstamos. «El 80% de las necesidades de financiación en España son inferiores a 30.000 euros, las que corresponden a pymes y autónomos. Y mientras más pequeño es el préstamo, más altas son las comisiones y el tipo de interés a pagar, lo que hace que sea más difícil obtener un crédito que en otros países del entorno europeo», incide Amor.
Aún así, las perspectivas son positivas. «Algunas entidades nacionalizadas están dando crédito nuevo», observa el presidente de ATA. Si bien es posible que aumenten los préstamos, Cano descarta que se produzca un mayor abaratamiento de la financiación. Y se vuelve a la comparativa con Europa: Calleja descarta que se logre acabar con los diferenciales de tipos de interés entre países, como ocurría antes de la crisis. La respuesta es la misma para todos las preguntas, resume Cano: «A pesar de la mejoría, 2007 no va a volver».
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