Entrevista ABC
Tacchinardi: «Pedri no triunfaría en Italia; allí no hay espacios»
El exfutbolista italiano, que jugó como medio defensivo en la Juventus y que brilló al ataque en el Villarreal, habla del cruce de ambos equipos esta noche y de los mundos opuestos que son la Serie A y la Liga
El negocio cuadrado de Etta Eyong
Tacchinardi, con la camiseta de la Juventus y con la del Villarreal
Tras más de una década en la Juventus (1994-05), Alessio Tacchinardi (Cremona, 1975) se marchó dos temporadas al Villarreal de Manuel Pellegrini. A sus ya importantes dotes tácticas, le añadió esa chispa de fútbol atrevido que quizás le faltaba para completar su sobresaliente ... carrera. Lástima que el sueño con los amarillos muriera con el penalti marrado por Riquelme contra el Arsenal. Hoy la Champions vuelve a La Cerámica con un cruce de sus dos antiguos equipos.
—¿Qué Juventus vamos a ver?
—Es una escuadra que tiene que completarse en la fase ofensiva, Openda y Zhegrova llegaron el último día de mercado. Importantes, apuntan maneras, pero aún tienen que crecer y entrar en la idea de Tudor. Ahí está el principal problema… Es decir, una poco clara identidad ofensiva. Atrás, es compacta. Defiende bien y tira rápidos contragolpes.
—Pero están Yildiz y Vlahovic.
—Yildiz es un claro ejemplo de chaval con un crecimiento demasiado grande y rápido… Solo Lamine Yamal ha hecho algo así en los últimos tiempos, convertirse en el foco por donde vira todo el juego de su equipo. En este caso la Juve, un club enorme que puede pesar. Todos los compañeros le buscan, y él no se esconde, es ambicioso y también humilde. En dos años quizás hablamos de una estrella mundial. Ya soporta la presión y decide partidos con el diez a la espalda. Solo puede seguir creciendo.
—¿Y Vlahovic?
Vlahovic ha tenido momentos difíciles en la Juve. Quizás generó unas expectativas demasiado altas. Se le pidió ser un líder y no estaba preparado mentalmente para eso. Tuvo que madurar con el tiempo, y ahora es determinante. Sabe jugar con presión, es duro, fuerte, con personalidad. Ha crecido tras años de lucha. Mentalmente es enorme, siempre fue un goleador y tiene el carisma para erigirse en una piedra angular. Ha mejorado en las dificultades. Además, las críticas le han motivado aún más. Hablamos de un futbolista muy completo ya. Sí, en todos los sentidos.
—¿Cómo ve al Villarreal?
—El Villarreal es una realidad asentada. La idea de fútbol de su presidente se conoce ya desde hace lustros. Basta con ver los entrenadores que ficha, que quieren dominar el partido. Y traen jugadores para poner en práctica esta filosofía. No será fácil para la Juve jugar en ese campo tan pequeño, que será una olla a presión… El balón no te lo dejan ver. La Juve tendrá que ser muy seria para no verse condicionada por ese ambiente pasional.
—Y en una semanas, el Madrid.
—Recuerdo todos los partidos contra el Madrid como algo maravilloso, incluso si perdíamos. Equipo con un encanto enorme, un club mundial. Partidos enormes contra una entidad ganadora con una pléyade de futbolistas estupendos. Perdimos muchas veces, aunque ganamos otras tantas. La final de la Champions, con ese gol en fuera de juego de Mijatovic… No merecimos ese resultado, sinceramente.
—¿Y qué dice del Madrid actual?
—Soy fan de Xabi Alonso. Incidirá positivamente en la historia de esta entidad. Muy bueno y preparado. Hasta la derrota contra el Atlético, lo estaban haciendo fenomenal. Escuadra enorme con un presidente que privilegia el espectáculo. Cada año ficha a los mejores. Además, tras un curso prácticamente en blanco, tiene ganas de morder. Y así son muy difíciles de frenar. A la Juve le vendrá bien el partido para crecer y madurar.
—¿Es cierto que en su día le llamó Rijkaard para el Barça?
—Sí, existió la posibilidad de fichar por el Barça, pero la Juve no me dejó. Me encontraba bien en Turín, la verdad. Después fue allí Albertini, seis meses.
—Y usted luego fichó por el Villarreal, donde rindió a la perfección en un fútbol completamente distinto.
—Yo jugaba delante de la defensa. Cuando llegué conocí un fútbol diferente. Mucha posesión, menos táctica, pocos puntos de referencia, un permutar constantemente de los futbolistas… Movilidad, transiciones… A partir de ahí, comenzó a crecer exponencialmente el fútbol español. Luego vinieron los éxitos de la selección, y hoy prácticamente todo el mundo pretende jugar así en Europa. Y con Guardiola se vio elevado a la enésima potencia. Recuperación rápida, pressing, dominio del balón a mucha velocidad, triángulos.... Me habría gustado jugar en el Barça, sí. En Italia éramos más lentos y muy tácticos.
—Con el Villarreal de Pellegrini logró una obra de arte que pudo ser culminada en Europa si no hubiera sido por ese maldito penalti.
—Esas semifinales contra el Arsenal. ¡Qué pena! Era una fábula. No era la mejor plantilla de todas, pero se ensamblaba muy bien. Éramos difíciles de ganar, y gozábamos de mucha confianza. Se completaba con un gran entrenador y una filosofía muy atractiva. La gente disfrutó mucho en el viejo Madrigal. Allí el balón circulaba siempre a mucha velocidad. Lástima no haber llegado a la final. El destino. Era enorme, Román. Asumió la responsabilidad de lanzarlo, pero no pudo ser.
—En 2007 usted volvió a Italia, al Brescia, para su último año de carrera. Y ya era otro jugador, España le cambió.
—Sí, mucho. En la Juve tenía que guardar constantemente la posición. No podía moverme. Ese fútbol atractivo y ofensivo de la Liga me gustó tanto, que lo repetí en Brescia. Marqué 11 goles, hacía incursiones en ataque... Si lo hubiera hecho con Lippi de 'bianconero', te puedes imaginar. No me habría dejado.
—Lo habitual es que para los españoles no sea fácil adaptarse al Calcio ni para los italianos a la Liga.
—Cada jugador está condicionado por el lugar donde nace y la cultura en que crece. Los futbolistas, en líneas generales, donde mejor rinden es en su sitio, en su casa. Los italianos fuera de nuestras fronteras han tenido muchas dificultades. Por no hablar de los españoles que llegaron al Calcio. En Italia la cantera ya es muy táctica. No trabaja mucho con el balón, con esos rondos tan de acá para potenciar la técnica. Los niños del Villarreal crecen con otra idea de fútbol. Luego si después aterrizan en nuestro campeonato lógicamente les costará muchísimo. Por eso el italiano juega bien en Italia y el español en España. Punto. Mendieta, por ejemplo, era un fenómeno. De la Peña, otro. Es uno que creaba fútbol cuando tenía cinco segundos para pensar… Había pocos como él en todo el mundo. El problema es que en Italia gozaba de mucho menos tiempo. Le criticaron muchísimo aquí. No te lo puedes ni imaginar.
—¿Pedri no triunfaría en la Serie A?
—Es estrepitoso, fantástico. También pienso en cómo lo frenaría Tudor: marcaje al hombre con Thuram, un animal que mide 1,90 y que no le dejaría tocar un balón. En España es un crack, pero en Italia tengo mis dudas porque no hay espacios y siempre menos tiempo para pensar.