Hellmut Krug, el árbitro de la Séptima: «Nunca sabremos si el gol de Mijatovic fue en fuera de juego»

-¿Cómo está, señor Krug?

-Pues muy bien. Hace un año que ya me jubilé y vivo en Odenthal junto a mi mujer y mi suegra. Es una pequeñita ciudad a 15 kilómetros de Colonia, muy tranquila, rodeada de naturaleza, donde se tiene una buena calidad de vida y estos días hace un tiempo magnífico. Vosotros es que en España tenéis buen tiempo y sol a todas horas y no lo valoráis tanto, pero aquí cada vez que sale es una bendición.

-Se retiró en 2003. ¿Qué hizo desde entonces?

-Yo estudié magisterio, pero nunca ejercí. Después de mi retirada fui profesor dos años en un colegio, pero no me gustaba y me puse a trabajar en una agencia de seguros, hasta que me llamaron para dirigir el arbitraje en Alemania. Luego, desde 2019 hasta 2022, fui el responsable del VAR en Suiza y desde entonces, con 66 años, intentamos disfrutar de la vida. A mí me encanta mucho su país, sobre todo Andalucía. Voy allí a menudo, sobre todo a Cádiz y Málaga, a jugar al golf y a la playa.

-Es usted un sabio... ¿Sabe que este 20 de mayo se cumplen 25 años de la Séptima?

-!Buf¡ Cómo vuela el tiempo. Ya solo nos quedan los recuerdos, pero qué buenos recuerdos.

-¿Y qué recuerda en concreto de la final de la Champions League de 1998?

-La jugaron los dos mejores equipos de Europa de aquel momento. Recuerdo un partido muy igualado, en el que la Juventus tuvo un 49% de posesión de balón y el Madrid un 51%. Hubo muchos contactos y tuve que intervenir a menudo para hablar con los jugadores y calmarlos. Era clave para que no se me fuera el partido de las manos. Hubo 51 faltas, 29 de la Juventus y 22 del Real Madrid, más que nunca en una final y solo hubo seis amarillas. Creo que es un dato importante que habla bien de mi arbitraje.

-¿Fue el partido más importante de su carrera?

-Sí, sin duda. Solo se pita una final de Champions una vez en tu vida, si es que la pitas. No hay partido más importante para un árbitro. Bueno, una final de un Mundial, pero hablamos de un torneo que se disputa cada cuatro años, por lo que es aún mucho más difícil. Y lo más importante es que el partido salió bien. No hubo ninguna situación de posible penalti, que es una acción muy delicada y que genera mucha polémica. Usted bien sabe que un error en una final de Champions te persigue toda la vida y se habla años y años de él. Si eso pasa, el sueño de pitar un partido así se convierte en pesadilla.

-Pero usted es consciente que hay gente que, 25 años después, sigue diciendo que el gol de Mijatovic fue marcado en posición de fuera de juego.

-Recuerdo muy bien el gol. Fue un disparo de Roberto Carlos desde el lado izquierdo del área grande. El tiro fue rechazado por un defensa de la Juventus, y un metro y medio detrás estaba Mijatovic. A él le cayó la pelota y mi primera impresión fue que quizás estaba en fuera de juego. Entonces, cuando marcó el gol, recuerdo que miré a Thorsten Bastian, el árbitro asistente, y me dijo: «todo está correcto. Continúa. El gol es legal». Así que ya no pensé más sobre ello durante el partido porque para mí el gol se marcó en posición correcta.

-¿Lo sigue pensando?

-Mire, ni durante el partido ni después nadie me habló sobre la posibilidad de que hubiera sido fuera de juego. Sólo al día siguiente, cuando leí la prensa, algunos periodistas comentaban esa opción. Lo gracioso es que en esa final de Champions había 34 cámaras en el estadio y ninguna probó que el gol fuese en fuera en juego.

-Pessotto era el jugador que defendía a Panucci en el inicio de la jugada, por la banda derecha. Quizás él se quedó ahí anclado y, aunque en ese partido fue un ángulo muerto para las cámaras de televisión, es quién probablemente rompió el fuera de juego.

-Pues esto es algo que ya no se puede averiguar. Como ya le he comentado anteriormente, en ese momento yo tuve que confiar en mi asistente, y mi asistente estaba muy seguro de que Mijatovic estaba en posición correcta. Se fue hacia la línea del centro del campo sin dudarlo. Además, ningún jugador vino hacia mí a quejarse de ese supuesto fuera de juego. Nadie en el campo me discutió el gol, por eso me sorprendió bastante que días después hubiera gente que hablara de que fue un gol ilegal. ¿Podría haber sido fuera de juego? Quizás, pero eso ya nunca lo sabremos.