A la espera de los jeques con la banda del empastre

La semana pasada, el ex candidato a la vicepresidencia del Barça, Víctor Font, invitó a Ferran Soriano, CEO del Manchester City, entre otros amigos, al restaurante Celler de Can Roca, en Gerona. Soriano veranea en Tamariu, y Font, a 15 minutos de distancia, en Begur. Ambos comparten una acreditada capacidad para la gestión deportiva e interés por el Barça. Cuando Laporta no pueda pagar sus cuantiosas deudas aparecerá el tercero en el engranaje Soriano-Font, que es Pep Guardiola, que como generoso culé y patriota catalán, y por supuesto con dinero árabe, se ofrecerá para «ayudar a buscar soluciones» para saldar lo que se debe. Se presentará ante los culés como desinteresado ángel protector cuando lo que en realidad estará haciendo es comprar el club para sus amigos los jeques, pero siempre bajo su férreo control y máxima influencia. Soriano gestionará un tercer club de fútbol (además del City y del Girona) y pondrá a su amigo Víctor Font de CEO, que no es un tipo brillante pero sí trabajador, fiable y serio, con experiencia en la gestión de grandes multinacionales, que es lo que es el Barça y no la empresa familiar que dice Laporta, para llevarla él con sus amiguetes. En un primer momento se había pensado en mantener a Laporta de presidente de honor, como elemento folklórico, pero está tan fuera de sus casillas y es tan difícil de contener, que muy difícilmente van a poder encajarlo en un cargo honorífico que acepte no intervenir en las decisiones a cambio de poder tirar de visa del club para sus gastos.

Con las dudas de cuándo estará el nuevo estadio, para el que de momento no hay ni permiso de obras, el Barça empieza su periplo en Montjuic, con previsiones poco halagüeñas: los socios no quieren ir al estadio olímpico y en lo deportivo y a la espera de los próximos días, el Barcelona sólo tiene de momento a 13 jugadores inscritos. El esquema del equipo parece el mismo del el año pasado, sin Busquets y con Romeu, lo que no es haber ganado demasiado, sino todo lo contrario. La gran apuesta es Gündogan; Fermín López y Lamime Yamal son las grandes esperanzas, además de lo que puedan evolucionar Pedri y Gavi si no son traspasados o vendidos. También veremos si Abde acaba, como parece, de madurar.

El Barça competirá correctamente en los torneos locales –Liga y Copa– pero su fragilidad quedará al descubierto en Europa como ha sucedido en las últimas temporadas. La improvisación permanente y los fichajes en los que importa más la comisión que lo futbolístico no son modos victoriosos de conducirse en la Champions. Unos días después de acabada la pasada temporada, un amigo barcelonés de Guardiola le dijo de salir a cenar. La respuesta fue negativa. «El Arsenal es nuestro primer rival y se ha gastado casi 200 millones en fichajes. Me he levantado a las 6 y llevo todo el día viendo partidos».