El error que Tebas espera de Laporta y que Jan no va a cometer

Por lo tanto, que el Madrid se persone en la causa significa, más allá de la rimbombancia de los términos judiciales, que se interesa por si algo podría haberle perjudicado. Como acusación particular -otro término procesal algo aparatoso- se asegura tener acceso a la información de primera mano. A pesar de la contundencia y mala pinta de las acusaciones, no será fácil probarlas, que es lo que se requiere para que pueda existir reproche penal, de modo que la personación del Madrid podría quedar en lo simbólico.

Sobre las consecuencias que esta decisión pueda tener en su relación con el Barcelona, en los dos clubes existe una inquietud parecida. Laporta está preocupado, y al corresponder los pagos de mayor cuantía a la etapa de Rosell y Bartomeu, una parte de su junta le presiona para que el Barça se persone en el caso contra ambos expresidentes.

El Madrid, pese al ruido mediático de la decisión del domingo, se ha comportado con pulcritud, sin sumarse al linchamiento paralelo y previo, y sólo cuando Fiscalía ha presentado una acusación formal, se ha personado -algo tenía que hacer- en una causa que puede muy bien ser que quede archivada tras la fase de instrucción, dentro de un año y medio o dos; o que, en caso de que siga su curso, al ser España un país extremadamente garantista, una sentencia firme no llegue hasta dentro de 8 o 9 años, en el Tribunal Supremo, cuando todo el mundo se haya olvidado del tema y muy probablemente el Barça ya ni exista en su actual forma societaria y haya desaparecido la 'persona jurídica' a la que cargarle el muerto.

Nadie del mundo del fútbol cree que, mediante los pagos a las sociedades de Enríquez Negreira, el Barcelona comprara a un árbitro concreto para que pitara una cosa o la otra en un partido determinado; pero todos los que saben cómo funcionan estas cosas sospechan que tales pagos sí le sirvieron para influir en el 'soft power' de la designación arbitral, en la que Negreira, como vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros, participaba: y que al Barça le tocaban árbitros 'halcones' cuando jugaba fuera -capaces de pitar un penalti en el minuto 90 aunque cayeran las gradas-; y colegiados 'palomas', es decir, más acomodaticios al ambiente, cuando jugaba en el Camp Nou. Una vez más, sospechas muy difíciles de probar.

De modo que, personándose en el caso, el Madrid cierra el debate en su entorno sobre qué tendría que hacer al respecto; resuelve el problema reputacional que le había creado la situación; cancela la presión y aparca el asunto hasta nuevo aviso, si es que lo hay. Más que de haberse metido en una guerra, da la sensación que el Real Madrid ha pasado página para poder ocuparse de cosas más importantes.

En cualquier caso, que la junta decidiera el domingo personarse, no va a cambiar en nada el procedimiento. Laporta no está por la labor de mezclar esta decisión con la Superliga: sería no comprender el escenario, y un error, la clase de error que Javier Tebas, presidente de LaLiga, está esperando que Laporta cometa, pero que el dirigente azulgrana no va a cometer. El presidente del Barcelona, que tiene demasiados frentes abiertos como para empezar batallas que además no le convienen, está más pendiente de que la relación con el Madrid no se enrarezca que de enrarecerla él con reacciones desairadas. Tanto él como Florentino entienden que, más allá de pequeños roces como éste, a ambos les salva una solución sistémica al problema de la ruina actual, que pasa por optimizar el tiempo que dedican a jugar al fútbol con rivales que generen mucha audiencia para generar muchos más ingresos.