El Real Madrid aprieta el botón: «Nos personaremos en el procedimiento en defensa de nuestro legítimos intereses»

«La Junta Directiva del Real Madrid C. F., en su reunión celebrada en el día de hoy, ha tomado conocimiento de las graves acusaciones formuladas por la Fiscalía de Barcelona contra el F. C. Barcelona, dos de sus presidentes, Josep María Bartomeu y Sandro Rosell, y los exdirectivos Albert Soler y Óscar Grau, sobre la base de potenciales delitos, entre otros, de corrupción en el ámbito deportivo, en el marco de las relaciones entabladas por dicho club con quien fuera vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros, José María Enríquez Negreira.

El Real Madrid manifiesta su profunda preocupación sobre la gravedad de los hechos y reitera su plena confianza en la acción de la justicia y ha acordado que, en defensa de sus legítimos intereses, se personará en el procedimiento en cuanto el juez lo abra a las partes perjudicadas», dice el comunicado de la entidad blanca.

Hasta este domingo, el club blanco ha mantenido un prudente silencio desde que el pasado 15 de febrero SER Catalunya desvelara pagos por parte del F.C. Barcelona, durante 17 años, al vicepresidente del CTA, Enríguez Negreira, por un valor total de 7,3 millones de euros en conceptos de informes arbitrales. La única mención a uno de los escándalos más graves de la historia del fútbol y del deporte en España la realizó Butragueño, el pasado 26 de febrero, tras el derbi de Liga contra el Atlético de Madrid: «En el Real Madrid hay que respetar los tiempos de la Justicia y ahora debemos esperar a que concluyan las investigaciones de la Fiscalía que determinen lo que ha pasado». Y así ha sido.

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El pasado miércoles, cuando se filtró que la Fiscalía iba a querellarse, además de contra Enríguez Negreira, contra el Barcelona, la bombilla roja se encendió en Valdebebas. Eso marcó un antes y un después en la postura del Real Madrid. Hasta entonces, las numerosas peticiones públicas y privadas hacia el club y hacia el presidente fueron tomadas en cuenta, pero sin paso alguno hacia uno u otro lado. Silencio y cautela. Ese proceder cambió por completo al conocerse el durísimo escrito de la querella presentada por la Fiscalía: «A través de los presidentes Sandro Rosell y Josep María Bartomeu, el F.C. Barcelona alcanzó y mantuvo un acuerdo verbal estrictamente confidencial con el denunciado José María Enríquez Negreira, a fin de que, en su calidad de vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros y a cambio de dinero, realizase actuaciones tendentes a favorecer al FC Barcelona en la toma de decisiones de los árbitros en los partidos que disputase el club, y así en los resultados de las competiciones». En pocas palabras, el Barça estaba pagando a Negreira por comprar árbitros, según la investigación del Ministerio Público.

Es ahí cuando Florentino se remangó la camisa y dio forma a lo que la gran mayoría de sus socios y aficionados le pedían: apretar el botón. Algo adelantó ya el viernes, con un contundente vídeo en RMTV en el que se atacaba con dureza a Clos Gómez, responsable de Primera de la Comisión Técnica de Árbitros, el organismo encargado de designar a los colegiados jornada tras jornada y, también responsable del proyecto VAR en España: «Importantes cargos a los que llegó tras 11 temporadas arbitrando en Primera en los que pitó 34 partidos al Real Madrid en los que el equipo blanco no llegó ni al 60% de victorias. 20 triunfos, 7 empates y 7 derrotas. Pero llama más la atención este dato: 102 tarjetas amarillas y 8 tarjetas rojas sacó al Real Madrid, el equipo al que más amarillas sacó en toda su carrera, tres por partido, y el segundo al que más jugadores expulsó», relata la voz en off durante uno de los fragmentos del vídeo, de dos minutos de duración.

«Clos Gómez dirigió clásicos, derbis y finales de Copa, y el Real Madrid fue el segundo equipo que más veces arbitró en toda su carrera, pero curiosamente, aunque fue internacional desde 2009 ni la UEFA ni la FIFA le designaron para arbitrar un partido de Champions, de Eurocopa o de Mundial. Ahora, sin embargo, es uno de los principales responsables del arbitraje español», finaliza el vídeo.

La personación en la causa por parte del Real Madrid le dará acceso de primera mano a toda la documentación e información sobre la investigación y el curso de la misma, lo que evitará que la entidad blanca tenga que depender de otros organismos. En su cabeza jamás estuvo la idea de ir de la mano de LaLiga en este grave asunto, y de ahí su prudente silencio y su actuación a nivel particular.

Una de las aristas que queda ahora por conocer es cómo digerirá el F.C. Barcelona y su presidente, Joan Laporta, este movimiento del Real Madrid. La ausencia del actual presidente de la entidad azulgrana en la querella, una vez que su primer mandato acabara en 2010 y, por lo tanto, cualquier posible irregularidad esté ya prescrita, no sitúa a Laporta, al menos a nivel legal, en el alambre. Otra cosa es lo que le demande su masa social en las próximas semanas. De momento, sus explicaciones vacías y el papel de víctima en el que ha colocado al club no han hecho más que agrandar la mancha que asola al FC Barcelona desde que se destapara el caso. Prometió una rueda de prensa una vez conocido una auditoría externa sobre el asunto, pero nada de eso ha sucedido hasta ahora a pesar de las graves acusaciones que hay sobre el club.

Lo que, en principio, no debería cambiar es la relación de Laporta y Florentino en cuanto a su objetivo común de la Superliga, sobre todo porque para el Barcelona este proyecto es mucho más que un cambio a nivel deportivo. Para el Real Madrid y para Florentino es un viejo deseo cambiar las reglas del juego, como hoy las tiene estipuladas la FIFA, y modernizar el fútbol continental, pero para Laporta es una necesidad económica para revertir los alarmantes números rojos que ahogan a la entidad. El Madrid seguirá siendo quién es salga o no salga adelante la Superliga, pero el Barcelona tiene un futuro financiero muy negro si esta no ve la luz. No tiene más remedio que continuar al lado de Florentino y separar esta batalla de la del caso Negreira. Lo contrario, haría estallar por los aires una relación que hasta el momento ha sido y es idílica.