Todo irá bien
Laporta y el árabe que más pague
«El agujero son el presidente y su banda, y si los socios no los echan en menos de un año, en menos de un año serán Laporta y compañía los que echen a los socios y entreguen al Barça al árabe que más pague»
Las tristes miserias del adiós de Xavi
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Iniciar sesiónLa prensa deportiva catalana no ha tenido más remedio que claudicar ante la realidad y lo que ABC llevaba dos años explicando: no hay proyecto deportivo sobre el que se pueda construir nada porque ni sirven los jugadores ni sirve el entrenador. Esto, que ... tan fácil era de entender desde que Laporta volvió a tomar las riendas del club, ha sido sistemáticamente negado por las radios, las televisiones y los periódicos catalanes en los últimos años, hasta que el descalabro ha sido de tal magnitud que no han tenido más remedio que por lo menos comentarlo.
A pesar de tan tremendo ridículo, no puede decirse que los tales periodistas hayan aprendido nada. Ellos todavía no han salido de la rueda de prensa de despedida a Messi en que lo único que supieron preguntarle fue cuál había sido su gol preferido. Y desde este espacio intelectual, y moral, continúan creyendo que son más del Barça por hacer un periodismo acrítico y panfletario, y no se dan cuenta de que el negacionismo nunca es una solución. Ni económica ni política. Sin su ceguera premeditada, sin su silencio cómplice, no puede explicarse esta crisis que es la más grave que este equipo y este club han sufrido.
Despellejar a Xavi es lo obvio pero todo el mundo sabe que el gran problema del Barcelona se llama Joan Laporta i Estruch. El problema del Barcelona es que los que toman las decisiones deportivas no tienen motivaciones deportivas sino económicas. El problema del Barcelona se llama Jorge Mendes, se llama Alejandro Echevarría, se llama Pinhas Zahavi, se llama André Cury y se llama Guim Laporta y Raúl Verdú. El problema del Barcelona también se llama Rafa Yuste y Enric Masip.
Los primeros nombres tienen que ver con la procedencia de los fallidos fichajes, que la prensa acrítica aplaudió sabiendo perfectamente que no responden a criterios futbolísticos sino a los crudamente comisionistas. En cuanto a Enric Masip y Rafa Yuste no saben de fútbol como sabían Cruyff o Beguiristain -asesores del primer Laporta- y por supuesto pueden dar sus buenos consejos a sus amigos, porque son muy buenas personas, pero no tienen ni los conocimientos ni la estructura intelectual para ser los principales consejeros del presidente de un club tan importante como el Barcelona.
Todo esto se sabía desde el principio, tal como se sabía que el invento no iba a funcionar. Lo sabía todo el mundo pero la prensa deportiva catalana decidió no publicarlo y fue una decisión deliberada, fanática en lo deportivo y catalanista en la idea de ayudar a Laporta, el presidente independentista. Y por la mezcla de estos dos factores -y de una abrumadora cobardía personal y colectiva, tan marca de la casa- se hizo el silencio. No por la mano negra de ningún gobierno o por las presiones de algún empresario mafioso sino porque simplemente la prensa deportiva catalana es así, y en lugar de velar por la libertad de los lectores, que sólo pueden ser libres si saben, se comportan como captados por una secta.
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Sergi Font
No se puede entender el desastre del Barcelona sin entender la dejación de funciones de la prensa deportiva catalana. No habríamos conocido la crisis que sufre el club, ni su demolición inminente, si se hubieran denunciado a tiempo los estragos dirigidos y calculados de Laporta desde que regresó a la presidencia, y que han tenido por único objetivo el colapso total de la entidad para que la privatización acabe siendo inevitable. Esto es lo que ha sucedido y está todavía sucediendo, y está siendo silenciado con el afán de continuar narcotizando a unos socios y una afición dispuestos a creerse cualquier mentira a cambio de no tener que despertar de su sueño supremacista.
Xavi no es un entrenador para el Barça pero él no es el agujero por el que está cayendo el club. El agujero son el presidente y su banda, y si los socios no los echan en menos de un año, en menos de un año serán Laporta y compañía los que echen a los socios y entreguen al Barça al árabe que más pague.
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