Mendes quiere colocar a Mourinho en el Barça

Némesis del guardiolismo, el técnico portugués destacó más por sus polémicas, quejas arbitrales y enfrentamientos dialécticos con Pep, que por sus resultados sobre el terreno de juego (solo ganó una Liga, una Copa y una Supercopa de España). El ascendente de Jorge Mendes en el Barcelona le convierte en candidato real. De entrada, el preparador luso no vería con malos ojos su regreso al Camp Nou, donde fue asistente de Bobby Robson (1996-97) y Louis van Gaal (1997-00). Cuatro años en los que se empapó de la filosofía culé y que le catapultaron hacia su primera Champions entrenando al Oporto, en 2004.

Hay que tener en cuenta que la reelección de Joan Laporta en los comicios de 2021 le abre las puertas del club a Jorge Mendes, representante que ya había cerrado numerosas operaciones con el dirigente en su primera etapa al frente del club catalán. A través de Gestifute domina el mercado mundial y, especialmente el portugués. Artífice de la llegada de Joao Félix o Joao Cancelo este pasado verano cuando la situación económica del club no permitía pensar en grandes fichajes, le conceden el beneficio de la duda en contrataciones impensables.

Además, Mendes cuenta con el apoyo de Deco, director deportivo del club catalán, compatriota suyo y una de las primeras estrellas a las que representó. Tras su retirada han hecho negocios juntos hasta que fundó su propia agencia de representación, D20 Sports. Sin olvidar que Deco coincidió con Mourinho en el glorioso Oporto que ganó la Champions en 2004, por lo que le conoce bien. A ambos les une una gran relación. De hecho, 'Mou' se lo quiso llevar al Chelsea pero el exfutbolista se decantó por el Barcelona.

Mendes está dispuesto, incluso, en solventar el problema económico que pudiera distanciar a las partes. No hay que olvidar que Mourinho es uno de los técnicos mejor pagados (percibía 9,2 millones de euros en la Roma), y la situación económica del Barcelona no está para dispendios. En la llegada de Cancelo y Joao Félix, Mendes sacrificó parte de la comisión que le correspondía percibir para facilitar el éxito de la operación. Para Gestifute sería un éxito tener como entrenador del Barcelona a Mourinho, al que podrían ofrecer una amplia cartera de jugadores para el equipo. Su renuncia a la comisión sería una inversión exitosa.

El debate está instalado en la junta directiva, sin olvidar que durante la primera etapa de Laporta ya se sondeó a Mourinho. Cierto que aún no se había convertido en uno de los iconos del Madrid de Florentino, pero estaba arrasando con el Inter y su nombre se puso sobre la mesa cuando el proyecto de Frank Rijkaard empezaba a hacer aguas. El vicepresidente Marc Ingla se reunió en secreto con el técnico en Portugal, sin que ni siquiera Laporta lo supiera. Mourinho se mostró encantado de poder regresar al Barça, le aseguró que conocía bien la casa y le expresó su compromiso por su reciente pasado culé. Incluso le entregó un powerpoint de cómo jugaría. Finalmente, el Barcelona se decantaría por Guardiola y el portugués, tras ganar el triplete en Milán, se iría al Bernabéu.

Ahora Laporta vuelve a encontrarse con la posibilidad de fichar a Mourinho. Una operación de doble filo. A la contrastada calidad y exitosa carrera del portugués se le contrapone el rechazo que genera en la masa social azulgrana (nada que no pueda solucionar una buena campaña de limpieza de imagen) por su vinculación y compromiso con el madridismo y también por su libreto de juego, alejado del tan manido ADN culé, nutrido del cruyffismo, el rondo y la posesión.

El dedo en el ojo a Tito Vilanova durante la Supercopa de España de 2011, el ninguneo a las Champions ganadas por Guardiola o la tensión con la que se vivían los clásicos y que afectó a la convivencia de la selección española son algunos de los capítulos que siguen vivos en la memoria colectiva del barcelonismo, sin olvidar la provocación (sofocada con los aspersores) tras eliminar al Barça de la Champions con el Inter en 2010. Precisamente aquel triunfo fue determinante para que acabar fichando por el Madrid, ya que Florentino vio en Mourinho a la única persona capaz de doblegar a un Barcelona que en aquel momento era el mejor equipo del momento. Mirado de otra forma, su llegada al Camp Nou rompería la leyenda de Mou como icono del madridismo más beligerante.