El coche rosa por el que Fernando Alonso regresó a la Fórmula 1

«Somos el equipo que defiende los colores de Francia -señala el presidente de Renault, Luca de Meo-, pero ahora podemos decir que la vida en rosa».

El patrocinador hace reconocible el nuevo coche de Alonso, quien se decidió a volver a la F1 por el cambio normativo que aplica reglas diferentes en lo técnico a los coches en el mayor cambio conocido en los últimos treinta años. Los límites aerodinámicos, el efecto suelo para pegar el coche a la pista, las ruedas de mayor grosor... El coche azul Alpine será rosa en las dos primeras carreras, Bahréin y Arabia Saudí. Luego retornará a su tono habitual, azul con los ribetes rosas del sponsor.

Alpine ha modificado sus moldes clásicos de diseño y ha apostado por un motor a todo o nada, capaz de ganar o de romperse, que añada caballos a su rendimiento. El objetivo del equipo es luchar por el título dentro de cien carreras .

«Las nuevas regulaciones lo cambian todo y es excitante porque se trata de una oportunidad que trataremos de aprovechar. Nuestro mapa de ruta es progresar, progresar, progresar...», explica el CEO de Alpine, Laurent Rossi.

La ilusión del momento

Como en cualquier presentación de un bólido de Fórmula 1, la ilusión se apodera de cualquier estancia. Alpine ha realizado una remodelación extensa en su abanico dirigente porque, como le gusta decir a su presidente Luca de Meo, «las alineaciones hay que cambiarlas, como en el fútbol». Ha llegado Otmar Szafnauer , antiguo jefe de equipo en Force India yRacing Point, el ideólogo del coche rosa que lucían ambos equipos por la influencia del patrocinador que trae de la mano, BWT. Se ha ascendido a Pat Fry, veterano con 25 años de trayectoria en la F1 encargado del diseño del chasis. Se marcharon Marcin Budkowski y el asesor Alain Prost, y la estructura de Alpine se sostiene sobre De Meo y sus dos pilotos, Alonso y el francés Esteban Ocon.

«El nombre de Alpine permanece en Fórmula 1. Pasión, innovación y excelencia están perfectamente alineados en nuestra visión de la compañía», comentó Luca de Meo.

Para Alonso la expectativa es otra. Él es un combatiente de primera generación que a partir de mañana en los ensayos de Montemló cumplirá veinte años desde sus prácticas iniciales en la F1 , en 2002 con otro Renault que lo iba a convertir en campeón del mundo.

El asturiano se retiró en 2018, cansado de no hacer nada con el McLaren, primero con motor Honda y luego conpropulsor Renault. Y ha regresado a la F1 por las esperanzas de la nueva reglamentación que cambia de arriba abajo todos los coches. Ese vaivén sísmico se debía haber materializado en 2021. Alonso empezó a negociar con Renault-Alpine con el anterior equipo directivo porque vio una espita, una posibilidad de éxito en esa normativa que debería acabar con el gobierno de Mercedes y Hamilton. Y formalizó su incorporación a la marca francesa en la primavera de 2020, con la explosión de la pandemia . El virus pospuso el viraje reglamentario de los coches a 2022. El año pasado fue una prueba de calidad. El verdadero motivo de Alonso para retornar a su deporte son las entrañas y la velocidad del coche rosa que ayer se presentó en París.

« Espero un gran cambio, sí. Regresé a este deporte por las nuevas regulaciones, estamos todos muy motivados tanto en Enstone como en Viry», confesó el piloto español. «Soy optimista, estoy confiado, el equipo hizo un gran trabajo con el coche y estamos preparados para lo que venga».

El interés de Alonso por su nuevo monoplaza se plasma en el detalle que contó Matt Harmann, uno responsable de los responsables técnicos. «Se ofreció a trabajar en el túnel del viento desde el 1 de enero».